Difícil saber por dónde empezar. Más difícil se me hace pensar en cómo terminar. Visto desde fuera puede parecer una tontería, algo sin importancia, pasajero. Desde entro, y pudiendo valorarlo ahora, ha sido algo muy importante. Mas allá de los resultados, los números y las décimas, más allá de libros y problemas, hay algo más importante. Mucho más.
Empezó como una curiosidad, "los mayores". Siempre les miras con respeto, incluso los idolatras a pequeña escala. Porque han aprobado esa asignatura que te está haciendo sudar, porque ellos ya la finiquitaron hace tiempo. Los ves como ejemplos, porque están allí, y se les ve felices. Y es eso mismo, ver que son felices, lo que te empuja a seguir, a mantener la ilusión. Al final, la motivación consiste en pequeños detalles, y esta gente fue uno de ellos.
Pasaban las semanas, y poco a poco empezabas a saber sus nombres. Aunque ellos claro, desde la cima, poco iban a saber de ti. Es más, posiblemente, como tú a veces haces ahora, mirarían con recelo. Porque éramos los nuevos. Pero cada vez sabes más nombres, los ves más a menudo, y ya forman parte del paisaje diario. Y se les ve felices. Crecen las ganas de conocerles, y seguir sus pasos. Porque con un buen rebufo, se llega más lejos. Porque verles ya te motiva, y piensas que en unos años, quieres estar ahí, pero sobre todo, ser así. Con tu personalidad claro, pero con "ese algo" que tienen.
Tener un padrino, Il Padrino, siempre ayuda para conocerles. Un grande, sin duda. Tener un apoyo por ahí, te ayuda a crecer. Pedir ayuda, y saber que te responderán con sinceridad y conocimiento de causa. Escuchar consejos que te harán ganar más que décimas. Crecer, cada día un poquito más que el anterior. Que te motive, te salude, te anime, cuando eres un criajo... Te ayuda a aprender, a crecer. A Il Padrino le irá muy bien, no tengo dudas. Y si no, dos llamadas y arreglamos el asunto. Que si no, me cierra el grifo de apuntes VIP. Y tampoco hay que jugar con fuego. Aunque ahora haya dejado su sitio en su zona, sigue siendo Il Padrino de abajo. Y lo seguirá siendo.
La Delegada de la Universidad. Eso ya impone de por si respeto. Pero si encima te viene personalmente a preguntarte por eso de poner un puesto en el MejorDíadelAño, considerando la posibilidad de hacerte pasar por Ceuta ó Melilla. Eso ya es calidad. Lo mires por donde lo mires. Este día te vas feliz a casa, porque alguien ahí arriba, "de los mayores", se preocupa por el pueblo llano. Y ojo, la Delegada. Le vas salundando, conociendo. El nombre te lo sabías, para qué mentir. Y cuando con tu camiseta de su viaje, te dice "bonita cami", ahí ya te rindes. La camiseta de la suerte la llaman ahora. Luego pasa el tiempo y acabas jugando a un juego de meter fichas, así como suena. Con un palo y unas fichas en tablero, no me lo invento. La historia del pequeño Johnny, el peloteo patentado, y estrategias de coaching. ¡Qué habría sido del pequeño Johnny sin ella! Esta ayuda no la podría encontrar nunca en un libro, ni en mis apuntes (¡ojo!). Y es la que te ayuda a crecer. Ves todo con más perspectiva, más ilusión. Difícil es verla una cara mala, aunque bueno, con su música, es normal que no la tenga... Decir que se le va echar de menos se quedaría corto. Su sitio bien merece dejarlo intacto, retirarlo, como las camisetas de los jugadores. Menos mal que siempre estará la ficha por ahí, por siempre en el bolsillo. Hasta que acabe. Es "La Moneda". No la cambiaría por un coche azul, aunque igual me lo pienso con uno rojo. La Delegada. Es APAC.
Por hoy, toca descansar. Mañana será un gran día, y esto se merece un buen final. Continuará.
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