lunes, 20 de junio de 2011

La piedra en el camino

No siempre sale todo bien. El mal sabor de boca después de la derrota, la sensación de haber cometido un error ó la certeza de saber que durante mucho tiempo se estuvo equivocado. Pueda que sean necesarios estos momentos para valorar nuestra situación cuando las cosas siguen su curso "feliz y positivo". O pueda que todavía no haya aprendido a cambiar de página tan rápido como me gustaría.

Me inclino más por lo primero. Algo se aprende, de todo se aprende algo. Y seamos sinceros, salir mal... ¿Qué es que salga mal? La escala de malo-bueno es muy ambigüa, y demasiado relativa. Que te digan "no" ó suspender un examen son hechos que claramente no invitan al optimismo o la felicidad. Pero no es el fin del mundo. No será esa la primera piedra que encontremos en el camino.

Al fin y al cabo, los caminos empezaron siendo muchas pequeñas piedras dispersas por el terreno. Estas eran pequeñas, afiladas y molestas cuando uno las sentía en la piel. Pero con el paso del tiempo, y la perseverancia, estas piedras fueron juntadas y alisadas. Más tarde llegarían capas de oro negro que le darían el aspecto de una alfombra. Y ahora nos invitan a que conduzcamos sobre ellas.

Eso es la esencia de esto. Las piedras molestan, son incómodas y duelen. Pero el tiempo pone cada cosa en su tiempo. Ya sea por hiperincursión (merece la pena leer sobre ese tema) o por ciencia infusa. Hay que seguir adelante. Una mirada de desprecio puede convertirse en una sonrisa, un 4.0 en un 9.0. Motívate, levántate y lucha.

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