Iba a empezar esto con "mucho ha llovido" desde que volvimos a Graz, y creo que más que nunca ha llovido en estos tres días de Eslovenia. La historia eslovena, que no eslovaca, se divide en Maribor y Ljubljana (sí, creo que diremos "Lubiana" y así dejamos ya de hacernos los chulillos). La primera visita fue en grupo, a piñón ocho valientes sin miedo al frío, los revisores de la OEBB o quedarse atrapados en la temible estación de Bruck an der Mur. Empecemos pues por Maribor.
Día 1: Maribor. Capital cultural de las compras 2012
¡Sorpresa! Maribor fue capital cultural europea en el año que ya dejamos atrás, 2012. Ahora que nos va a tocar a nosotros serlo en el año 2016, nunca viene mal ver qué poder tiene esto de "Capital Cultural". Pues no sé, quizás sea un poco inculto, pero nunca había situado a Maribor por su "cultura", sino más bien por ser conocida ciudad de compras de los austriacos. Pasear por sus calles no rezuma cultura, sino ganas de comprar, de aprovecharse de las rebajas y comparar los precios con lo que tenemos. No digo yo que por ahí esté oculto un famoso teatro, ni que inaugurasen ocho, cinco o veinte bibliotecas, pero vi más anuncios de "60% descuento" que librerías. Así que nada, la ciudad de las compras, perdón, de la cultura nos esperaba.
Río Drava a su paso por Maribor. |
Es un sitio bonito, pequeño, sin grandes cosas que visitar pero que no desagrada al visitante. Recomiendo un paseo por el centro, sin duda que nada mejor que acompañado del grupo de gente de Graz (pero tenemos ya comprosimos para gira, quién sabe si iremos a la discoteca de tu barrio tipo Gandia "Chore"), bajarse al río y caminar. La nieve nos acompañó todo el camino, dejando un paisaje blanco a las orillas del Drava. Aunque nosotros seamos de Mur, el Drava se ganó nuestro respeto. También, cómo no, debo aconsejar una internada en el centro comercial. No sólo porque los precios pueden ahorrarte dinero sino porque el frío es más que interesante en estos países.
Día 1. Parte 2: Ljubljana. Vamos a la embajada
Tranquilos, que no viajamos sin papeles ni hemos tenido ningún problema con la policía. Pero tener el hostal en la zona de embajadas da mucho juego. A Muyayo, Gurú, Boss y servidor se nos unió Mamutis. Porque tener una presencia femenina en el grupo siempre sube nuestro caché. Y admitámoslo, nos hace más personas.
La capital nos recibió con lluvia, bastante lluvia. De la estación de tren al hostal, con una paradita rápida en la M Mágica para coger fuerzas. Detalle importante: te llevan la comida a tu sitio, nada de esperar de pie en la cola. Ojo, que nos cuidan. Eso sí, el Boss y servidor ya vimos que el idioma iba a ser un problema nada más buscar un baño. Caminando, haciendo camino, al hostal, con la sorpresa de ver cómo Gurú era tratado como un diplómatico reconocido con instrucciones en la entrada del hostal, llaves para todos, mapas, información del desayuno... Una maravilla. Lo recomiendo, haciendo publicidad gratuita, el Hostal Villa Veselova. En la zona de embajadas, zona tranquila y segura, casualidades de la vida en la calle de "nuestra" embajada austriaca. Una casa tipo villa-palacete, habitaciones grandes, limpio y ordenado. Además de lleno de caramelos en la entrada. Puntos positivos.
La noche eslovena estaba cerca de nuestra morada, y el Cirkus fue nuestro destino. ¿Cómo describirlo? Curioso. Mucho payaso suelto. Achtung! Hablo de payasos de circo, no de otro tipo de payasos. En patines, con globos y tirando aire, con un enano disfrazo de Super Man dando vueltas por la discoteca (no veo yo ahí el humor) y canciones más de la época de Bonney M que de la era del Whatsapp. Nos fuimos con ganas de coger un taxi a casa a pesar de que eran 5 minutos andando, de tantas veces que nos recomendaron probar lo barato que eran los taxis allí. Pero eso lo dejaríamos para el domingo, y era ahora hora de descansar.
Buena impresión inicial a pesar del frío y la lluvia. Vamos a ver si el domingo viene con más sorpresas.
Continuará...
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