viernes, 20 de enero de 2012

Memorias de la Riviera: La llegada

Hace ya varios días que aterrizamos del otro lado del charco, pero cada vez que escucho las canciones que sonaron en el barco, en la discoteca, en nuestro Pacha, no puedo evitar recordar el viaje. Me vienen a la cabeza imágenes, videos, que me traen a la memoria recuerdos de un viaje "histórico". Y es que no sé si conquistamos América, pero por lo menos, a mi me conquistó.

Salimos la madrugada del ocho de enero. Los cuentos suelen empezar con "aquella fría noche de invierno...". Y este no iba a ser menos. Porque a las cuatro de la mañana en San Sebastián calor, lo que es calor, no hace. Todos calentando motores esperando al bus, todos cargados de ilusión y sobre todo, ganas de disfrutar. El viaje en bus hasta Madrid interminable, entre siesta y siesta, conversaciones por ahí perdidas y ganas de llegar. ¿Llegar? Optimistas eran los que pensaban que el camino sería corto. La primera anécdota llegó con el autobús y su altura. Y es que hay barras que nuestro busero no podía sortear, y así lo notamos con un chirrido que recorrió todo el techo, ¡ya lo había advertido el "tío más fuerte" del bus!. Después, un tour por el extrarradio de Madrid que casi nos planta en las Castellana buscando otra entrada al aeropuerto. ¡Y con Bejamaya dando espectáculo! Y es que "el matrículas" no había renovado su pasaporte a pesar de que "BusinessGali" lo había recordado por lo menos 1200 veces tirando por lo bajo. Cómo no Javi (Boss) entonando los cánticos y deseos de todos nosotros para que Bejamaya se quedara una semanita en Madrid. Bueno, igual no lo deseábamos, pero... Hubiera sido divertido.

 En Barajas nos reunimos con el resto del grupo, mezclando felicitaciones del año nuevo y primeros bailables improvisados por la terminal. Luego gracias a @pduenasc decidimos contrar un pack de actividades para cubrirnos las espaldas. ¡Menos mal que lo hicimos! Eso sí, tuvimos que sacar un extra de money-money estrujando un poco más la vaca. Con el bonito recuerdo de la comisión por sacar dinero: bum!. Pues nada, que ahora somos Xcape. ¡Y vámonos ya! No tan rápido, que todavía nos esperaban 10 horas 30 minutos de vuelo.

El avión escogido: David Bisbal. Claro que sí, toda una institución para guiarnos al otro lado del charco. Dentro estaban nuestras mantitas, almohadas y pantallas con películas y documentales. Gracias a EMP sólo pude ver medio doc en mi sitio porque vino con ganas de samba y se cargó el mando. Ni reseteando todo eso se arregabla, así que me fui de turismo a sentarme con P. Tranquilamente. Mención especial al NoSoyTuAmigo que se dió cuenta de que la de al lado era de su clase a mitad de camino.

ZzzZzzz ¡Y llegada! Calor, humedad, y oscuridad. Las maletas en su sitio, sin contenido extra. Y después de pasar la prueba del botón (te hacen tocar un botón y si sale rojo te registran; para que veáis todo el rigor mexicano), a buscar el cartel de "Eroski Tecnun". Charlita de Vladimir, recepcionista del Lupita, en el bus, reparto de habitaciones, etc. Ya empezamos también con las propinas de rigor, así como quien no quiere la cosa te lo sueltan: colecta común y alegría.

Y llegamos al Riu Lupita. Ya desde que dejas la maleta te reciben con una copa, incitando a pasarlo bien. ¡Así no se puede uno resistir! ¿Habrá que ir a dormir después de 17 horas de viaje, no? ¡No! Primero a la ducha si es necesario, y rumbo al buffet. ¡Buffet! ¡Comamos por comer! Eso era un WarZone en todo su explendor, ahí entró gente resptable pero desde aquella noche salimos ya con otro chip, "otro rollo". Vale, hemos cenado, ¿vamos a dormir? ¡No! Salimos por el Lupita, a ver qué se cuece. Y a estrenar Pacha. Porque ojo, teníamos nuestro Pacha. Con sus cerezas y todo. Lamentablemente, ese era el máximo parecido con Pacha. Eso y el camarero que estuvo según dijo dos meses en Pacha Ibiza trabajando. No nos vamos a quejar, que estamos de vacaciones. ¡A disfrutar se ha dicho!

Fin del primer día. The show must go on!

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