lunes, 10 de enero de 2011

sábado 8 de enero. Día 5: Más tiempo por favor.

A las nueve he quedado con parte del clan brasileiro para ir al Treftpunkt desde el que iríamos los del G.I. a Stuttgart. Buen jugador de futbolín este brasileño, muñeca prodigiosa.

Una vez en el tren rumbo a Stuttgart, todos super müde (no paro de decir super aquí, aunque ahora digo klase). He estado con un Coreano y la atenta mirada de un bebé, miedo me daba. Primera parada: Mercedes-Benz. Z bueno, con el polo Ferrari había que marcar el territorio. Estaré en Alemania, pero no se olvidan los colores. Achtung! Esperando en el museo me ha preguntado una de Uzbekistán a ver si era de allí, porque me parecía mucho a su vecino... Qué bonito. Ya en el museo, paz y tranquilidad. Está bien organizado, por épocas. Y con sonido de fondo de diferentes modelos Mercedes. Ni qué decir que mi parte favorita ha sido la de Motorsport: DTM, camiones, F1... Hay mucho que ver, y no hemos tenido todo el tiempo que me gustaría. Y luego dicen del Louvre...

Después de esto, a Stuttgart. De lo que he podido visitar en apenas tres horas, creo poder decir que es una ciudad dinámica. No tiene pinta de ser, al menos la parte que he visto (insisto, no he visto mucho), una urbe de las que agobian al visitante. Tiene edificios modernos, pero junto a la parte histórica de la ciudad bien cuidada. Maravillas en sus calles como Mercedes AMG, Porsche... Buen aderezo para la city. He podido degustar un plato típico de aquí, algo así como "raviolli" (lo siento pero se me ha olvidado el italiano en casa) de carne y verdura. Lo hacían de tal manera que se pueda comer carne en vigilia, porque escondían la carne dentro y lo "plegaban" todo con verdura. La ciudad, en la Avenida principal, está plagas de tiendas: Mango, Zara, zapaterías... Estilo Londres, Barcelona.... Pero no sé, me ha dado la impresión de que es una ciudad dinámica pero reflexiva. Lástima tener que haber visto el bar de tapas que me invita a entrar con "Bien Venidos". Claro que sí, olé, fandango.

De vuelta a Hause, todos müde II, pero con más salero que antes. Sabías que en Rumania hay unos 3 millones de rumanos que hablan húngaro y son como los húngaros con sus tradiciones y costumbres? Por cierto, he explicado la historia de Gibraltar, Ceuta y Melilla. A saber qué idea tendrán ahora.

Resumiendo: gran día, pero con más tiempo mejor. Por lo menos he conocido también a un par de españoles, uno pesismista como nadie sobre el futuro y el trabajo. Para terminar el día, he cenado con el gran Maxmius y otra compañera en un italiana. Incluso me he lanzado con "Ya ti beliblu". Eso para la vuelta.

Mañana domingo, 8:20, nos vamos unos 5 a Heildeberg. No me olvido de Nürnberg.

Bis bald,

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