miércoles, 5 de enero de 2011

Cuando el jilguero no puede cantar

Si sigue este ritmo, me ponog  a escribir un libro y/o (no pongo tilde porque todavia no me hecho a este teclado) loco.

Esta historia ha empezado "averiada". Contaba con margen para enlazar los dos vuelos, un margen de seguridad porque siempre llegan tarde. Pero no esperaba una hora de retraso en el vuelo, por "problemas técnicos" (ya sé como poner tildes). Que al salir de casa digas que Lufthansa funciona bien y que siendo alemanes el tema técnico les venga de fábrica, escuchar que hay un retraso de 20min., y otros 20min. cuando se cumplen los primeros, es algo que no pasaría con Otto. Minuto a minuto haciendo cuentas en la sala de espera, para ver si llegaba. Al final, la única esperanza parecía que soplara viento de cola.

En el avión nos hemos equivocado tres filas de sitio, anécdota sin importancia. A raíz de esto he empezado a hablar con la de al lado, z todo sin necesidad de tener pelotas de tenis a mano. Resulta que iba a Líbano, aunque al principio supuse que me había dicho el nombre de algún pueblecito germano, pero mi oído todavía no estaba modo Deutsch. Pues no, Líbano, Beirut. Al loro! (O como dicen aquí, Achtung!).

Una mujer con mundo, pues ha vivido por NY, Suiza, Beasain, y ahora Líbano. Por motivos de trabajo (ONU) se movían a Roma. Una charla de estas de tertulianos, desde cultura libanesa, política internacional hasta el misterioso poder de los bazares chinos. Su hija, al lado, habrá lamentado la mala suerte que ha tenido por equivocarse de sitio.

Bueno, el enlace... perdido. En pleno vuelo la azafata me ha dicho que nos moverían al vuelo de las 22.30 (supuestamente mi enlace salía a las 17.30), ó con suerte, al tren de alta velocidad de las 19.30. Por suerte, la pareja de atrás también se encontraba igual que yo, así que ahí había una alianza muy poderosa.

Al final, y sin apenas protestar, al llegar al aeropuerto nos han guardado las maletas y nos han dado plaza para el tren bala este. La historia de la pareja, también muy interesante. Ella, bilbaína, vino de Erasmus hace 4 años (he atrapado la ñ) a la zona de Stuttgart. Le gustó tanto esta región que se enamoró de esto. Y del alemán con el que ahora vive. Achtung!

Gracias a esta nueva alianza he podido llegar sano y salvo al pueblo de Schwabisch Hall. Eso sí, cada vez que avanzaba el segundo tren en el que he viajado, veía más y más nieve, y menos luz. Por cierto, Stuttgart está dentro de "ciudades que debo visitar". En la estación de tren miro hacia arriba y veo el logo de Mercedes; ya en el regional, veo a la derecha una fábrica en la que se ve gente con bloques motor, cigueñales... Mercedes Arena!!! Giro la cabeza... Porsche!!!!
  
Vuelta al frío y la nieve, muchas ganas de dormir. En la estación, un taxi ha venido y nos hemos ido a un hotel que "recomendaban" los que me han dado esto. Pues vamos allá, no es plan de buscar dónde caerse muerto a las diez y pico, cuando esto parece a esas horas las dos de la mañana. Ya en el hotel, una señora mayor me pregunta por mi nombre y si tengo habitación: no, vengo de España. soy G.A.A. La mujer no responde pero me saca del frío Hall (por eso los chicles son frescos LOL) y a pagar habitación. Tomaré mi venganya en botecitos de jabón de hotel, y mirando la tele, creo que entra en la maleta.


Fuera: frío, nieve, noche. Pero no pinta mal esto, camino 2027.


This is Deutschland!

1 comentario:

  1. Ya estás trastocando los planes anuales de los alemanes......pobre gente!!como vas a un hotel en alemania sin reserva?no pensabas ir?y porque no lo habias planificado??

    (me alegro de que hayas llegado bien, y cambiamos expresión por "Ojo hielo!")

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