lunes, 31 de diciembre de 2012

Trabajo en equipo. Balance 2012.

Parece que fue ayer cuando hice un balance de 2011. Parece que fue ayer cuando tenía ganas de cruzar el charco, por meterme en ese avión rumbo a Cancún. Parece que no han pasado 365 días desde que palabras como Kottulinsky, Mur o Searvas no eran más que eso, palabras. Un año, tres letras, año. Fácil de escribirlo, difícil describirlo. Podría copiar el párrafo que puse hace ya un año haciendo el balance de 2011, podría repetirlo todo y lo volvería a pensar. Un año más, nunca uno más. Sin remordimientos, sin mirar la vista atrás con tristeza o nostalgia, al contrario, un gran año. 

En Enero y Cancún, en la playa, en la piscina, ahí al Sol "estresado estoy". Con las vivencias de allí en Lupita, que más adelante llegaría a ser algo más que nuestra casa en Cancún. El barco, ¿cómo olvidarlo? El Cenote, la gente, los recuerdos y una gran semana. Todavía la muñeca derecha me hace recordar el viaje, para saber que se hizo de verdad, que no fue algo de mi imaginación, un sueño. Nada de eso, se hizo, y siempre quedará ahí en el recuerdo. Vale, la vuelta fue dura, pero compensó hasta el último minuto de vuelo.  
Y ya estamos con lo de siempre, ¡qué manía decir que "es duro esto" cuando lo tenemos todo para llegar a todo! Que si, que es fácil decirlo, que sí, que bla bla bla, pues venga, ¡hora de hacerlo! 

Recuerdos del año, recuerdos del basket, con esa temporada de abonado en el sector con Padrino y su Bro., con esos partidos de infarto, de diversión. De salir de la rutina y motivarse aún más, de ver que con trabajo se puede. Sin olvidarse de ese partido con P a pie de pista con un Real Madrid delante, y la locura de luchar hasta el final. Como la vida misma. Cumpleaños, exámenes, salir de un examen y directamente coger el coche para el premio de Tecnun Motorsport en la UN. Nuestro premio, del equipo.Y pensar en premio es pensar en Lupita.

Porque este año ha llegado el gran premio (vale, nunca mejor dicho). Puede que cuando hace dos años llegamos a la final fuésemos los primos de la clase, más preparados a jugar que a ganar. Y quizás la eliminación del año pasado viniese hasta bien. Pero 2012 a visto a Lupita llegar a la final y ganarla. Me voy más contento por el equipo que ha salido de ahí que por el trofeo, aunque no diremos ninguno que hemos desaprovechado el premio. Lo prometido es deuda y somos de palabra,el Gran Premio de Italia fue conquistado por Lupita. Gracias equipo.

El verano llegó, y cómo no, verano está asociado a Motorsport. Pasaré de verlo como la imagen de "rastrillo, pala y agua" a "gasolina, neumáticos y factura proforma". Este año en nuevo rol, este año con la misma máxima motivación. No sé aún si es bueno o no ser un soñador, pero hasta que lo descubra seguiré soñando despierto. Temporada muy bonita, aunque unos busquen los resultados y no vean lo que debimos ser, fuimos lo que queríamos ser. Un equipo. Completamente nuevo en rostros, pero idéntico en esencia. Fruto del veneno que nos metieron los "veteranos" y que espero haber transmitido este año. Las horas de Montmeló luchando para competir, ver que pocos creían en ese momento en nosotros y sacar de no sé sabe dónde unidad y fuerza para hacerlo correr y competir. Dar la cara. Una vez más, y por muchas más. El sabor amargo del abandono, pero juntos todo se pasa mejor. Italia, el debút soñado en "casa", a los mandos de la macchina. Todavía lo recuerdo como si fuese hoy, todavía me acuerdo de los nervios antes de subirme. Juntos en Italia, con lo que más nos gusta y mejor sabemos hacer. Compitiendo, una carrera más para Tecnun Motorsport. Luciendo con orgullo nuestro trabajo. La recompensa no siempre tiene por qué llegar en forma de trofeo (o medalla). Los trofeos cogen polvo, los nombres se acabarán olvidando, pero que siempre recordemos las competiciones con la satisfacción de haber dado el máximo nos sirve para seguir trabajando. Gracias equipo.

Verano también de Explorer. De amigos que siempre están ahí para sacarte de los números, tensores y baches del circuito. Empieza a asustar eso de que nos vayamos disgregando por El Mundo, pero es bueno saber que siempre nos juntaremos un "martes loco" o "domingo que es como martes" para volver a nuestro peculiar mundillo. Porque son esos los que también te escuchan con atención cuando les narras las aventuras por Maranello. Oh, Maranello. Domenicali. Ferrari. "Because dreams come true". Y que así sea.

Y Graz. Imposible no comentarlo, aunque no quiera meterlo como historia ya de cerrar en el libro porque sigue pasando. Porque en una semana me voy, pero ahora tengo la sensación de haberlo soñado todo. Por suerte me recordarán que no, que yo estuve allí. Es curioso una vez más cómo cambia todo, como las cosas ya tienen su significado propio. Es Graz. Difícil de explicar, de resumir, cuando no sé ni cómo explicarlo, ni por qué debería resumirlo. Sólo diré que volveré en una semana, que todavía nos quedan batallas, guisos y "Searvas" por decir. Y el sentido que se le demos será por nosotros. Por la gente que está ahí, que escribe cada día un nuevo capítulo. Nos vemos en una semana Graz.

Porque las historias no las escribe el tiempo, las escribimos nosotros. Porque el año 2012 lo hemos escrito entre muchos, no es cosa de uno. Tanto que se habla de crisis económica, que nadie olvide que el mayor activo son las personas. ¿Acaso recordáis el nombre de alguna moneda? Vale, le ponéis cara a la de euro porque la tiene, pero pensad en el año sin ninguna cara, sin ningún nombre. ¿Posible? No lo creo. Empieza en apenas 22 horas un nuevo año. Una nueva oportunidad. Aunque la nueva oportunidad aparece ahí cada día, no necesitas que suenen las campanas acompañadas por uvas para desear lo mejor, para intentarlo, para luchar. El esfuerzo tiene al final su recompensa. No sé cuándo, no siempre se gana y nunca gusta perder, pero ya dicen que el mayor fracaso es no intentarlo. Y que la palabra imposible, "imposible mejorar 2011" ya he visto que no existe. Porque 2012 ha sido aún mejor. Porque uno también es tío, doblemente tío.

No me arriesgaré a decir que es inmejorable, porque haré todo lo posible por mejorarlo. Porque haremos todo lo posible por hacer de 2013 un año increíble. Yo me lo creo. Dando las gracias a 2012, a todos, a tantos rotros, días, lluvias, vientos, respuestas y silencios. Dando las gracias una y mil veces más, es hora de prepararse para aprovechar la oportunidad y disfrutar de 2013. Para saber que estamos aquí aprovechando la oportunidad, nuestra oportunidad.

Feliz 2013.

martes, 18 de diciembre de 2012

VollGraz: Paradita y volvemos.

Hoy no hablaré de nada en concreto, ni de nadie en particular. No porque no lo haya, ni mucho menos. Porque gente hay, gente a la que le escribiría mil páginas para recordarlo mañana, e historias que pondría aquí hasta describir la última hoja pisada. Pero lo de hoy es más genérico, es algo que quiero dejar puesto, un paréntesis. Un "Bruck an der Mur"camino de Graz cuando cogimos, muchos de nosotros, ese primer día el tren de Viena a Graz. Con destino, pero con el camino por escribir.

Agradeceros que leáis el blog se queda corto. En principio esto no era más que una pared en la que colgar mis historias y pensamientos (que a veces los tengo a pesar de ser bobito).  Era el cajón del desastre de las historias, parecido al orden que tenía en el cuarto hasta que viene gente al Top1 y me mira con cara de "¿ese león que está por ahí es tuyo?" hasta que gracias a las técnicas del Boss he ganado experiencia ordenando y me siento mal si está desordenado. Y ahora mismo se lee,  lo mejoráis y lo creamos juntos.

Pero no quiero que esto haga sentirse a la gente baja de moral, no quiero que nadie mire atrás y piense que ya hemos recorrido todo el camino. No quiero que me digas que has llorado, ni siendo Mamút indefenso, ni siendo karateka  taekwondista, ni loca o psicóloga, ni rubio ni morena, ni sevillista o bética, ni de la Neubau o de Moser o freelance, ni de la TU ni UniGraz, ni de Hofer o SPAR. Leélo sabiendo lo que has disfrutado, pensando en lo que queda y quedará. Que las cosas no se acaban en enero, que aunque todo pasa y todo llega y lo nuestro es pasar, es pasar haciendo camino, camino se hace al andar. Enero. Ya llega. VollGraz. Sin miedo. No mires el reloj pensando lo que queda para irse de nuevo, míralo pensando cuántos minutos llegas tarde al Kottu o a la Neubau. Que si, que sé que es fácil decirlo, pero sabes que podemos. Si pudimos aprender a decir "searvas", ¿por qué no?

Ahora todos descansaremos, haremos un paréntesis de ver estas caras ya conocidas. Pero seguiremos diciendo "Searvas", seguiremos diciendo "Baba", y seguiremos volviéndonos a ver en menos de dos semanas. Comed mucho que los Kebab no son gastronomía austriaca, id en pantalón corto a más de cinco grados y siempre VollGAS!

Felices fiestas a todos. Que SSMM los Reyes Mago, o el tito Santa, Olentzero,etc. os traigan... de vuelta en Enero, y vale, algún regalillo también.

Baba!

lunes, 17 de diciembre de 2012

VollGraz: Sir Mazo y los 3 vasquitos

Al final van llegando, los días van pasando, y por mucho que mi reloj se haya parado desde hace varios días,  por mucho que mire el calendario de Advento con casillas por abrir, por mucho que pase páginas sin notas, va llegando el primer "break". Lo llamaré así, y no la palabra que nunca pronunciaré (empieza por des y acaba por pedida), porque es una pequeña pausa que tomamos para recargar pilas (que no salir con los amigos de casa) y estar tranquilos por casa (que no comiendo y sin planchar). Pero hasta que llegue ese día de volver, todavía quedan muchas historias por escribir.

Sin ir más lejos, la semana pasada le tocó al amigo invisible. ¿Y la pinza también? Sí, aquí ya VollGAS, lo mismo pinza que amigo invisible, ya tú sabeh. La Neubau aprovechó estas fechas para juntarse y cenar, hacernos unos regalos y "salir de paseo por Graz". La cena, un éxito, con Coca para toda la gente. Achtung! ¡Atención! La Coca mallorquina, ¡ojo!. Vale, me explico. El plato, la comida. Que ya alguno se piensa que esto se no has ido demasiado de las manos. Maravilla de cena, "planchaísimo" , no sabía yo que por ahí tenían esas cosas. Hace falta que en Austria vengan mallorquines y te enseñen... . Aciertos y aplausos del respetable, ¡que es Navidad! Buen final de cena, como en toda buena gala y rumbo a Ibiza. Porque aquí te montan una "fiesta Ibiza" en diciembre, y nosotros vamos sólo para ver de qué va, no por nada más. Con gorros de Navidad y tentaciones del todo a 1€ que hemos descubierto debajo de casa. Y a partir de ahí, que cada cual escriba su historia que la tiene y la tendrá por ahí. Venga, os dejo el comienzo:

"Pues yo no iba a salir y me liaron para ir a una fiesta cuando..."

Y así se encara la última semana del año en Graz. Viendo más cerca La Concha que el Mur. Y como dicen por ahí "mixed feelings". Con ganas de llegar a casa, cómo no, pero con la sensación de dejar un libro aquí aún por escribir. Sin ir más lejos, hoy, ahora, ha tocado uno de esos momentos que suelen llegar pero que prefieres no encontrar. Las famosas "despe---as" (no lo pronunciaré). Y es que a los del Top1 se nos va Mazo, SirMazo, hasta más ver. Que no es un adiós Mazo, que te tenemos dicho que es un hasta luego.

Es curioso que este loco haya visto en nosotros algo más que nuestro atractivo físico, imponente billetero o glamour. Se nos va un grande, con todas las de la ley, y nunca mejor dicho (ley, guiño, guiño). Parece que fue ayer cuando me enseñó la biblioteca, algo que aquí en Graz entenderías por qué agradeceré a este hombre que lo hiciera. O cuando a horas más cercanas al desayuno que a la cena tuve que hacer de negociador con un austriaco acerca de un gorro; el cual luce ahora con orgullo y yo siempre presumiré de haber visto "nacer". Con sus frases, sus expresiones, sus anécdotas... ¿Me vas a decir a mi que en Austria, a 1428kms de mi casa, iba a encontrar a un mozo de Madrigueras del Athletic? ¿Que este tiene la camiseta de la selección de Euskadi firmada por el grupo de música "Los lehendakaris muertos"? Claro, y me dirás también que te hará un asado, te dirá para salir con camisetas de fútbol y se pasará por tu casa para echar unos partidillos. Dime cosas, pero cosas buenas.

Se nos va. Claro que no es un adiós, sino un hasta luego. Porque yo no me voy Toro Rosso (como dices tú surpri) sin pisar antes Albacete. Y no te vas tú a la Audiencia Nacional, ojo, no en calidad de procesado por favor, sin pisar Donosti con el Top1. Por lo tanto, Sir Mazo, nos veremos este verano. 

Lupita y Sir Mazo, con su gorro y camiseta
Y es que son estos días los que te dan un toque de atención, pequeños pellizcos que te quieren despertar de esta aventura. Pero no hay por qué apagar el despertador y dormir; compensa despertarse, ducharse y vivir el día a día para ver todo lo que queda por ver. Porque que alguien se vaya unos meses no implica que no volverá, porque la distancia hoy en día es más corta que ayer, y esto sólo es el comienzo. Quizás lo hayan dicho ya muchos, quizás suena a tópico, pero, ¿por qué no? Que sí, que nos vamos a ver. ¡CALMA! (con gesto incluído, brazos semi-flexados haciendo flexiones en el aire). Porque todavía nos quedan muchas páginas por escribir: aquí, allí...Ya hasta hemos perdido el sentido del espacio. Donde sea, bitte. Nos volveremos a ver Sir, que tengas un buen viaje y cuida de Graz en el segundo semestre por nosotros. Que no nos enteremos que te pasas al lado oscuro o que dejas tus buenas costumbres. Eso sí, que tu señora nos deje unos minutos de Skype a la semana contigo, ¿no? 

Auf Wiedersehen Mazo!


domingo, 16 de diciembre de 2012

VollGraz: Se nos va la pinza

Como si Italia fuera un viaje que hicimos hace 5 años y la Neubau nuestra residencia los últimos tres. Como si no ver el Sol a las cinco o ver -11ºC fuera algo de toda la vida, ya dentro de tu ADN. Como si las palabras "Searvas", "Hoppala" y "Baba" fueran tan nuestras como kaixo o agur... Tan de toda la vida, que pareceque fue ayer cuando empezó todo.Tan asumido como nuestro, que mañana arranca la última semana del año en Graz y te agarras a enero pensando que esto todavía no ha podido pasar. Que todavía no puede acabar. Y no lo ha hecho.

La semana que ya cerramos hoy ha tenido como protagonista al amigo invisible y a las pinzas. Sí, unas pinzas. Tres. Tres plásticos baratos para sujetar la ropa, pero que esta semana casi parecían sujetar nuestras nuevas amistades. Qué tensión, por las pinzas. "A ver, qué dices de pinzas". El del Top3, un tal Javi Mar inez, también conocido como "Miki", "Charly" y diversos más, se le ocurrió comentarnos hace un mes este juego: tres pinzas, los que las tenga al final del mes pagan la cena al resto. Para pasarla hay que preguntar con el nombre de la otra persona al final, si responde sin tu nombre, pasas pinza. Sí, lo sé, alguno preguntará a ver si vamos al Kindergarten o nos atan los cordones. Pues quizás esto último hace no mucho que no, pero "El Juego de las Pinzas" lo cargaba el diablo. Las primeras semanas era "jiji-jaja", "qué graciosa la pinza esta"; "ahora te pregunto y caes, ja-ja". Vale, gracioso. Hasta esta semana, porque el viernes a las 00:00 se acaba el plazo, y tener una pinza implicaba pagar cena. Pero más que la cena, el orgullo estaba en juego.

Durante esta semana hemos recibido más visitas en el Top1 que durante un día de buena comida y cena, que ya es decir. Desde preguntas sobre qué tal el día, en los que te alegrabas que a alguien le importase tu día para luego descubrir que te tira la pinza sin escuchar, hasta gente que te hace bajar la guardia en víspera de examen, parar tu estudio y resolver alguna duda para lanzarte luego la "alegre" pinza. Tensión en la Neubau, para que al final nos reuniésemos 8 valientes juntos esperando el final. Y mención especial al golazo del hombre de la mirada del Tigre ante una de nuestras favoritas (lo digo porque nos haces caso C cuando te hablamos). Si ese fue un buen gol, el "Muyayo" se tenía preparada una en el descuento, cuando el árbitro se llevaba el silbato a la boca, que ni Pelé en sus buenos tiempos. La sangre de RC24 le influye y no le tembló el pulso ante una Mamút indefensa. Ovación del respetable, pocas veces se han visto tan buenos tantos en un partido. Eso sí, no se lo recordéis que se crece.

El resultado final fueron unos minutillos de caras largas de los derrotados (un Lupita entre ellos, pero Gurú lo hizo para dar ejemplo), y la satisfacción de poder hablar sin preguntar nombres. Por fin. Una semana evitando hablar con la gente, evitando preguntar o responder. ¡Por fin se acabó! Eso sí, al día siguiente seguimos con la fobia a las preguntas y cada vez que veo una pinza me dan ganas de cogerla y tirársela a alguien. 

Me hubiera gustado contar más hoy, pero tengo miedo a que me pregunten algo  y me tiren una pinza. Mañana, más y mejor: amigo invisible, Ibiza en Graz...

Baba!


lunes, 10 de diciembre de 2012

VollGraz: DANKE! BITTE

Si hace unas dos semanas pregonaba "Winter is coming", ahora diré: winter has arrived. O lo que es lo mismo: abrígate antes de salir. Si bien es cierto que no estamos como mis amigos en Finlandia, Suecia, Noruega, etc, estamos en una posición para decir "hace frío". Esta mañana sin ir más lejos, desayunando -ojo, tostadas de mermelada "Premium" del Hofer- miro el móvil y marca -11ºC. Y ahí te replanteas el salir o piensas que igual estos de HTC han puesto la referencia en otro lado, que igual es como los husos (sí, huso horario es con h) y que aquí en Austria se maneja otra escala...Pues no, se siente, se nota, el frío está presente. Pero no hemos venido a quejarnos por una signo de nada delante de dos números, ¡que no estamos tan mal hombre! (léase con voz de Joan Laporta).

Se mordenizan,ahora en moto. Fuente: propia
A pesar de que nuestro salvador Hofer nos venda la Navidad desde hace más de un mes, y lo políticos nos regalen calendarios de adviento para ganarnos su voto (porque aquí podemos votar, no como con #NNMR o tan si quiera las elecciones porque el consulado de Graz está vacío; nota mental: envía CV) los eventos típicos han comenzado hace poco. Desde la puesta de largo del mercado central, con sus caseticas de Glühwein (vino caliente), dulce y figuritas varias, hasta el árbol de Navidad que todo lo preside. Sin olvidarnos tampoco del desfile que hicieron por las calles del centro unos monstruos con el Krampus y Saint Nicholas. El Krampus viene a ser "el Coco" que se lleva a los niños que son malos la noche del 6 de diciembre y Saint Nicholas les regala dulces si se han portado bien. Según me comentan por Graz antes hacian este desfile sin orden ni vayas, y los Krampus empinaban demasiado el codo y acababan peleando con todo el que se cruza de por medio; ahora van vallados y "pegando" en plan "Seas". Buen ambiente ese día con amago de nieve incluido. Detalle el de los "demonios" en moto o un coche clásico. ¿Para cuándo un Krampus en el Renault Twizy (la cosa eléctrica tan bonita ella)? Eso sí que daría miedo.


La primera nevada seria cayó hace ya cuatro días, sin darnos cuenta salimos a la caña con una bonita capa de nieve. Claro que nos sacamos fotos, claro que escribimos nombres en la nieve y nos tiramos una bola. Si es que somos como niños... Nos llegan "Skypes" desde España de madres asustadas al vernos en camisa en la nieve. Tranquilas familias, que debajo de la camisa hay mucha ropa. Eso y que ya estamos integrados en la cultura del "Sevas y Baba". Ayer sin ir más lejos Lupita se dispuso a ir a un partido de Hockey, a ver a los 99ers. Nos llevamos al Muyayo para que le diese el aire y conociese algo más aparte de la Neubau.

El estadio. Fuente: The Boss

Nunca antes habíamos estado en un partido y nos quedamos sorprendidos por la velocidad del partido, el ritmo de los cambios, las jugadas y cómo no, los golpes. Porque los recaditos se guardaban hasta el final, que si palito por aquí, empujón por allá, ahora te saco el codo y te estampo contra el cristal... Lo normal llevando dos cuchillas debajo de los pies. Aunque el estadio es pequeño, el ambiente es muy bueno. Con sus vendedores de Wurst, Glühwein (cómo no) y Bier (qué raro, ¿no?), ahí estábamos nosotros animando como uno más. El jugador número siete. Estamos pensando en hacernos de la zona VIP, que ya la tenemos localizada. Una zona en concreto tiene nuestro nombre. Además, ya sabemos por dónde se entra porque fue a la primera entrada a la que fuimos. Nos echó un poco para atrás ver que costaba 109€ el partido VIP, aunque el olorcillo a Wurst era tentador. En cualquier caso, desde la grada como uno más con el ya mítico: DANKE! BITTE. Al meter un gol el speaker narraba de nuevo la jugada, se repetía el nombre del jugador y se gritaba eso. Un ejemplo:

-Pase al hueco de X
Nuestra afición, con los Lions ahí. Fuente: Propia
-OÉ
-Tira directo Matthias Iberer y mete gol.
-
-¡Matthias!
-¡Iberer!
-¡Matthias!
-¡Iberer!
-DANKE!
-BITTE!

Que viene a ser que el speaker (cursiva) nos da las gracias y nosotros le decimos por favor. Qué educados que somos. Por cierto, victoria 5-3, seguimos con la racha histórica para los Moser Medical Graz 99ers.

Concluimos por hoy esta entrada, con temperaturas negativas, como hace cuatro días, pero espíritu muy positivo.

Baba!!




martes, 4 de diciembre de 2012

VollGraz: Como en casa no se come en ninguna parte pero...

Ya me advirtieron los Erasmus Sr. Garaizar y Landa que iba a tener que tirar de "noodles" y comida de trinchera para sobrevivir. Ya me dijeron que volvería con menos peso y con ganas de comer como en casa... Pero se ha cruzado Lupita de por medio, y en el Top 1 de la Neubau tenemos montado un "tres estrellas" que está tirando por tierra esas teorías.

Wien: Tocará volver
Admito que conocí los noodles por primera vez aquí, en Austria, cuando de visita por Wien me topé con el Delegado Galina (#NNMR sigue tirando) y el Excmo. Colegiado Abancens. Una visita que fue más curiosa de lo esperado, y puedo decir que conozco ahora rincones de Wien que no aparecen en la guía del turista; o que he comprado en un Spar mientras un señor paseaba con una vía por ahí, sí, de las de goteo. Sea como fuere, de visita por mi nueva capital, cayó una paradita para degustar esos famosos "noodles". Me gustaron, y pensé que caería en el vicio... Pero de vuelta al Top1 volvimos por la buena senda.

Los precios - y aprovecho para meter un poco de información general, que si no vaya blog de Austria que escribo - no distan mucho de los nuestros. Contamos con la ventaja de tener un Hoffer a tiro de piedra. Tiro de piedra, como lo cuento, porque se ve desde la ventana. El Hoffer con las cajeras que son capaces de pasar por caja más productos por segundo que aleteos un colibrí. Ver para creer. Yo mismo me engaño comprando en Hoffer diciendo que no es marca blanca, porque aquí no veo caritas sonrietes traicioneras como las de algún viaje con la tropa; pero siendo Erasmus uno no tiene tampoco para 5J todos los días. Lo único que es más caro es la carne, pero se ha cruzado en nuestro camino un turco. No un turco como individuo, sino una tienda. No sé por qué, ni cómo, pero precios económicos en carne picada, fruta y verdura. Ah, y "noodles" a 0.3€. Clásica compra para los días de "no me apetece cocinar". Eso sí, el pescado: congelado. Capitán Pescanova de Austria, algo que en casa deberé depurar #NotaMental

En cualquier caso, que la idea sea que en el Top 1 sabemos cocinar, y que en nuestras casas pueden estar tranquilos que no iremos a saquear las neveras. Como una imagen vale más que mil palabras...
Hoy mismo:Hamburguesas de Troski

Pularden con patatas y cebolla
Gisantes del Bosque Tenbroso con huevo
De película: berenjenas rellenas y brownie
Fotografías cortesía del Chef jefe Pérez. Con la colaboración del Gurú de Lupita y servidor. Porque aunque la cebollada pochada fuese un recurso inicial, hemos evolucionado, hemos dado el salto cualitativo que sitúa al Top1 (lo siento Top3) en cabeza.

Espero no haberos abierto el apetito...

#LupitaCocina

sábado, 1 de diciembre de 2012

VollGraz: Winter is coming!

¡Que viene el frío! El grajo empieza a volar bajo por estas tierras de centro Europa, y ya se empieza a notar el fresquecillo. Eso sí, no parece que estemos como los aventureros de Suecia, Dinamarca, Canadá, Finlandia... Saludos por cierto, si alguno me sintoniza.

La verdad es que ya me siento lo suficientemente integrado como para saludar con "Sevas!" o "Servus!" y despedirme con "Baba!". Así son las cosas, que lo mismo empiezo a soñar en austriaco. Atrás quedan los días en los que al llegar al super (Hoffer para los amigos) la cajera me decía Gruß Gott o Servus y yo no sabía si quería cambios o tarjeta. Mensajes de gente de la zona que empezaban por "sevas" y yo me lamentaba de no haberme explicado bien al decir mi nombre, que yo no me llamaba Sevas. 

TANKIA everywhere! Fiesta TU Graz Racing 10 Jahre
Todo ayuda a la integración, pero sin duda que el equipo TU Graz Racing ha tenido mucho que ver. Supongo que muchos ya conoceréis la Formula Student de alguna batallita que he contado cual épica batalla imperial con Tecnun Motorsport. Gran equipo y mejores personas. Ahora aquí en Graz, y siendo uno de los motivos por los que me vine, soy parte de TU Graz Racing. Y no hay más que elogios para esta buena gente. Desde fuera, cuando compites contra ellos, piensas que serán engreídos, que si saben de su calidad no querrán abrirse a nadie ni colaborar. Que si están arriba es porque han pisado a muchos. Que si están, no se preocupan de cómo llegar... Nada más lejos de la realidad. Son un equipo de personas, amigos con los que puedes hablar y aprender. Lo mismo estás un día laminando piezas de carbono, que luego hacemos moldes para tartas en carbono con forma de nuestro coche, TANKIA (There Are No Kangoroos In Austria). Admito que el apellido ha tirado mucho, aunque no Arce sino Alonso. Porque claro, uno llega al taller los primeros días, dice algo que para ellos sonaría como Gorkaarcefdsj Alonso de un tipo con polo Ferrari, con acento español y dicen: tate, que hemos fichado a su primo. Luego supongo se darían cuenta de que no, que quizás sea un primo más que el primo de Fernandito. Pero oye, ya integrado estoy. Con título de Motivations Leiter (motivador). 

Winter is coming! Ayuntamiento
Son ellos los que me están enseñando cómo saludar bien, cómo pronunciar ese "Sevas!" como nadie más podrá hacerlo de Erasmus. Admito que los comienzos fueron duros y me presentaba con "Hallo", ahora grito un "Sevas!" cercano a los tonos de Julio Iglesias. Ahí está la clave, en el tono. Luego ya es cuestión de volverse por la Neubau y practicarlo con el resto de Lupita, con Charly, Muyayo, "El más guapo", Sir Mazo, nuestras estrellas y tripulantes de este barco Eramus. Aquí, en la Neubau, allí en Mordor, en la GreenB, o donde quiera que nos veamos. Si el equipo está siendo clave en integración, la gente con la que estoy compartiendo esta aventura son la clave del día a día. No mencionaré frases que empiecen por despedida ni queda poco. Sabemos que el chollo, porque esto es un chollo, se está agotando. Pero no es para quedarse parados, es para disfrutarlo. 

Para meterse en el Mur si así lo sientes, para salir y ser el primero al día siguiente en coger el Tram a Mordor. Porque vamos a Vollgas. Disfrutamos y aprendemos. Aprovechamos y compartimos. No sé dónde  pararé este tren, pero sé que ninguno de nosotros va a dejarlo escapar. Nos quedan todavía muchos "Sevas!" por cantar, y os debo muchas historias, casi tantas como las que quedan por escribir.

Una de hoy, sábado. Ya es casualidad venirte de Erasmus y que ese mismo año RedBull Racing haga una exhibición por tu ciudad, así que había que disfrutarlo. Aplausos al tricampeón, pero el polo Ferrari no ha fallado a su cita.

Sebastian Vettel Graz 2012
VollGraz!


lunes, 19 de noviembre de 2012

VollGraz: Dónde estamos.

¡Seguimos contando historias! Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última, pero sabio consejo me dio alguno por casa y me dijo que me centrara en esto y no tanto en contarlo. Y así ha sido, pero las ganas por contarlo y compartirlo me empujan a escribirlo. Así podré recordarlo dentro de ya pocos meses.

Graz desde el famoso Schlossberg
La vida en Graz es muy cómoda, es cercana y cada día hay algo nuevo. No es la clásica ciudad con atascos, bocinazos y gente de traje y café. Te integras pronto en ella y cada día que sales a dar una vuelta y te paras a gastar alguno de los 1000 mensajes mensuales, 2GB o 1000 minutos que tienes contratados en tu móvil por 10€ (no es publicidad, es vergüenza ante lo que nos venden en España), te das cuenta de algo nuevo. Día tras día. No es la París de Austria, quizás Viena sea más espectacular incluso, pero algo tiene. Es ese encanto de "cercanía" que una capital no tiene. Es en cierto sentido, como estar en casa.

Comencemos un poco por explicar dónde vivo, más que nada por ponerle imagen a esto. ¿Qué es Graz y cómo es Graz? Para mi tiene el aire de San Sebastián pero con el plus de tener muchísimos estudiantes en la ciudad, además de un aire centro-europeo. La cantidad de gente joven parece subir cada día, y lo más curioso es que cada semana que pasa, vas conociendo a gente y ves rostros conocidos por aquí. Que ya dentro de poco va  a parecer que Hauptplatz es la plaza debajo de mi casa. 

Jakomeni: la plaza de los trams y las luces
Una de las cosas que más te llamará la atención al llegar es la actitud de la gente. Más allá de decir "mentalidad alemana", es ver cómo funcionan y empezar a darse cuenta de por qué están tan bien como están. Por cierto, lo de "mentalidad alemana" no les gusta nada,  ellos se definen más liberales y flexibles que sus vecinos los de Merkel. En cualquier caso, son del tipo de ciudadano que si ve un semáforo rojo, para.Aunque el próximo coche esté aún a más de cien metros y a una velocidad cercana a cero; pararán y esperarán. En el tram, el medio de transporte predilecto además de la bici, suben y pagan su viaje. Aunque sean cinco metros; pagarán. Podrás ver al tío más cutre, raro y antisocial en el tram, que si viene una señora mayor se levantará y le cederá su sitio. Es otra mentalidad, otra actitud. Es civismo. No viene mal tomar nota para la vuelta a casa. También hacen cosas peor que nosotros, pero aprendamos de lo bueno.

En cualquier caso, tengo que confesar que las primeras semanas he hablado más castellano que alemán. Es más, me  atrevería a decir que casi he llegado a hablar tanto alemán como italiano. Y es que no sólo está esto lleno, como destino Erasmus que se precie, de españoles, sino que a los austriacos les da por aprender nuestra lengua. Y al que no le gusta la paella, aprende italiano y al decirle que vienes de la tierra del pintxo se te pone a hablar italo-castellano: o cómo ver a una austriaco balbucear mientras pone acento italiano. Curioso.

Poco a poco iré comentando más novedades. La verdad es que tengo como para escribir veinte libros y una enciclopedia, pero es el momento de disfrutar y aprender, de ahí que no pueda actualizar esto tan a menudo como debiera. En cualquier caso, confirmo que estoy bien y que si tuviese que sobrevivir con la beca ahora mismo estaría escribiendo serenatas o tocando una guitarra por las calles de Graz.



miércoles, 10 de octubre de 2012

Italia. ¿Pero tú no estás en Graz? Parte I

 La última vez que escribí estaba en Italia, preparándome para la pole rossa en Monza. Parece que fue hace mil y una noches cuando dormíamos en Castellanza, y lo que ha llovido desde entonces. Concluiré hoy la aventura italiana antes de pasar a Austria, aunque algo me dice que la aventura italiana nunca (o por lo menos aún no) estará terminada, que alguna puerta se abrió. Y que Italia una vez que vas, quieres volver.

El sábado en Monza el panorama mejoró, pudimos disfrutar de los F1. Del calor que desprenden los escapes, del olor a goma quemada y de la competición vivida desde una tribuna en Italia. Nada que ver con lo que se percibe desde casa, aquí se siente. Todos aplaudiendo al ver pasar a los nuestros, todos animando. El calor, don Lorenzo, golpeaba con el mazo, pero por la F1 esto se tolera. Aprovechando esto, como jarro de agua fría la 10º posición de Alonso. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué? Bueno, las carreras se ganan el domingo. Con ese pensamiento nos despedimos el sábado de Monza. De un Monza que también te ofrece GP2, GP3, Porsche Cup y un parque. Sombra y carreras, sol y gasolina. Alegría. A todo esto, nuestro amigo libio apareció por ahí con su primo.

GP Monza: Siete de la mañana
La vuelta a Milano fue ideada como: vamos y a ver si encontramos algún sitio donde dormir barato, aunque sea un cuchitril. Bien. Los tres con bolsas de supermercado, oliendo ya a humanidad gracias al calor, al sudor y a estar en un circuito más de ocho horas. Con deportivas, sin afeitar, sin peinarse. Con las gorras y bandera de Ferrari como protección ante las miradas más fashion de Europa, Milano. Bueno, empezamos la búsqueda. Y la resumo en: nada. Efectivamente, tuvimos suerte con los trenes acertando combinaciones el sábado, no con los hoteles. Aquí sin don Dinero, sólo podíamos soñar con la ducha. Así pues, se tomó la decisión. La que pudo suponer el fracaso del viaje. Dormiríamos en la estación central de Milano. Sí. En el suelo. Ahi tirados. Para prepararnos psicológicamente tomamos la decisión de pasear por la ciudad, tan cansados estábamos que pasamos un par de horas en una plaza viendo pasar gente. Admirando todo. Disfrutando, con el eco de los F1 en nuestras cabeza. No hubo mejor forma de llenar el estómago que con una pizza, aunque todo hay que decir, nos sentimos rechazados en un local donde "no había sitio". Eso, o no les gustaban las deportivas sucias, el pelo revoltoso y nuestro peculiar olor. Da igual, somos Lupita, y cenaremos pizza. Encontramos otro local, y pudimos disfrutar de una buena cena. Un homenaje. ¿La última cena? No todos podremos decir que hemos dormido en el centro de Milano, un sábado de Gran Premio ya pierna suelta. Luego habrá que explicar que era la estación de tren, que era el suelo y los bancos. A unos nos costó más que a otros dormir, quizás porque uno no está muy acostumbrado a miradas furtivas e indios contándote que está de tour por Europa y que quiere entradas de F1 para Monza. ¡Qué casualidad buen hombre! Tengo tres entradas en mi mochila, esta mochila con todo el dinero de la semana, mi cámara y la ropa. Sí, esta mochila que llevo soldad al brazo. Vivimos para contarlo.

Domingo. Domingo de carreras. Domingo de F1. Cogimos el primer tren, el de las siete de la mañana, para olvidar el suelo de Milano Centrale y soñar con Monza. Con la incógnita de si aguantaríamos todo el GP gracias al descanso "placentero" de Castellanza y la estación. Con esa sensación de estar quizás perdiendo la ocasión de disfrutar la Fórmula Uno en su catedral de la velocidad. Algo tendría que pasar para remediarlo, por favor, y que pase ya.

Ocho en Monza. Neblina. Bosque. Rocío. Un abrigo que acompaña. El silencio, la calma que precede a la tempestad. Es el romanticismo de la velocidad. Es algo que se siente, se percibe. Las carreras no son sólo vueltas, son sentimientos. Y Monza los tiene todos. Entre el bosque decidimos ir al paddock, mejor dicho, a la puerta. A ver si veíamos a alguien y hacer tiempo. ¿Veremos a alguien? Está difícil, ¿no? Pues no. Bendito domingo de carreras (pienso en ti Karma). Por ahí aparecen coches oficiales de los equipos: Ferrari, RedBull, Mercedes, Lotus, HRT, todos. Y vemos que está ahí el parking de pilotos, y aparece Grosjean y señora, Heikki, Di Resta, mecánicos e ingenieros. Andrea Stella, Norbert Haug, Nira Juanco. Un mecánico que al ver la camiseta de la Real (idea de Javi y Ion Mikel, uno es bético) se acerca y nos habla en euskera: un zarauztarra en HRT. Y nos quedamos con la duda de habernos tenido que lanzar a pedirle entrar. La duda eterna que quedará... Y apareció nuestro ángel. Y pasó lo increíble. Y luchó como nadie por nosotros. Nosotros tres, ahora con la imagen de tres sucios bandidos, nos convertimos en personajes de paddock. Pasamos de estar detrás de la barrera a estar ahí, en la zona reservada. En el paraíso. En aquél sueño que el día anterior se nos cerraba y mirábamos como "algún día se abrirá". Y hoy domingo se abrió.

A medio metro, a dos minutos para salir
Ver los GP2 a unos centímetros, los pilotos y mecánicos preparando el coche para la carrera es algo indescriptible. Piensas que te caes, les rompes un alerón y a ver qué hacen, y te echas para atrás unos centímetros. Los pilotos preparándose para salir, esa calma rota. Y nosotros a la cafetería a ver la GP2 con los demás del paddock. Con los familiares y amigos. Disfrutando de bebidas energéticas y soñando despiertos. Con gritos nos despertamos y vemos aparecer a Alonso directo al paddock F1. Más energía. Damos las gracias, con la mayor sinceridad del mundo. Y volvemos sin creernos lo vivido. ¡Vamos a la carrera!

Ambiente en las gradas. Siamo uno.
Carrera que se pasa volando en vivo. Animando cada vuelta, aplaudiendo, gritando sabiendo que no se escuchará pero quizás unido algo hará. Todos juntos, tifosi. Ahora sí, siamo tifosi. Y nada más acabar la carrera...¡Carrera a por el podio! Esa recta de Monza de apenas unos segundos, crees que la harás en nada. Te motivas, y sales escopeteado. Luego, a los 300 metros te das cuenta que no eres un F1, que no es un sprint de 100m. Que todavía queda mucho. Y echas fuego por la boca. Pero al ver el podio sigues corriendo: banderas, camisetas, gente corriendo, gritos de alegría, aplausos, estos es Monza. El olor a champagne, verles ahí arriba en el podio, los himnos y celebraciones... Increíble. Llegamos. Disfrutamos. Hemos vivido Monza.



Siamo Lupita. Siamo tifosi.
Lupita conquista Monza

Monza nel cuore.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Italia. Sempre dritto.

Italia. Todas las historias que empiezan por Italia me motivan, me dan un plus de optimismo diferente.  Pero ahora que todo ha pasado, que ya se ha calmado todo, no puedo creerlo. Han sido doce días, pero han dejado recuerdos para mil más.

Todo empezó en Monza, en la catedral de la velocidad. Había que venir aquí, era justo por Lupita. Era lo prometido. Para cualquiera que le guste la velocidad Monza es especial. Pero si además uno es tifoso, rosso  nel cuore, esto es otro mundo. Es un hervidero de pasión, es el Gran Premio de casa. Ahora que miro, realmente esto empezó en Graz, no Monza. Subimos a bordo del tren nocturno (21.35 salida, 8:00 llegada) desde nuestra nueva casa (Graz) hasta Milano. Con la motivación por las nubes, sin tiempo de haber conocido a Graz aunque sí a buena gente. Tren-litera, con un inglés que pensaría en la que se avecinaba al ver colgar una bandera Ferrari por el camarote.

Llegada a Milano, maletas en consiga y rumbo a Monza.Conocimos a un libio por ahí que se unió a la fiesta. Aunque contando historias de la guerra que te cambian la cara y te hacen parar un poco y pensar. Hicimos la del guiri al bajarnos en Monza pueblo, esperar a los buses lanzaderas y desesperados ir andando "porque no estaba tan lejos". Total, más de una hora y media andando a buen ritmo. Grainning, blistering y mil cosas más en los pies. Había que llegar. Pero los ánimos a veces bajaban. Sólo el susurro de los monoplazas en medio del bosque nos empujaba a seguir. Sales del pueblo y sólo queda una carretera por un parque natural, con verde al fondo y a los laterales. Calor, mucho calor. Y con ganas de ver ya un monoplaza en acción. Se intuye el circuito, uno adivina a ver la curva más allá de los pinos y caminos. Pero hay que llegar.

Kaiser Schumi VII
Caminata, y llegada. Desaparece el cansancio al llegar al circuito. A la zona. A la catedral. Decidimos comprobar nuestra zona y buscar -bajo recomendación del libio- otra grada que hoy es día libre. Total, más caminata, unos 35min. Encontramos nuestro nuevo sitio en la segunda variante. Y ahí que vienen los F1. El cansancio empieza a cobrarse víctimas y alguno opta por dormir. Pero ves los F1 y vuelve esa conexión especial. Mágicas reducciones, el piano, los baches. En acción, la F1 es otro deporte. Michael, Massa, Alonso, Kimi... A tan sólo 10metros. Tan cerca y tan lejos. Así toda la tarde, con cambio  de grada para ver los GP2 y los Porsche. Y el cansancio que dice basta, que mañana es sábado.

Importante saber dónde coger el tren
Con la sensación de haber podido organizarnos mejor, volvemos a casa. Ahora a Castellanza. ¿Tarea sencilla? No, no, y no. Otra vez pateada. Castellanza es un pueblo con una estación de tren tipo aeropuerto de Castellón. El pelotazo inmobiliario será nuestro patrimonio pero Italia no se queda lejos. Salimos ya de noche de la estación y preguntamos por Castellanza, nos miran como ¿qué hacen estos aquí? y nos mandan "Sempre dritto". Un dritto por aquí otro por allá, preguntamos la calle y te dicen "¿Calle... en Castellanza?". Nos miramos con cara de "¿Dónde va a estar si estoy aquí?" y seguimos dando vueltas, rodando Castellanza como si no hubiera mañana. Mil kilómetros, ya puestos dormimos en el suelo. Llegamos, con cansancio máximo, de esto que te ríes y lloras a la vez. Encontramos la casa, no nos abren. No nos abren, y por fin nos abren. Dormimos tres en un sofá. Sí, tres. Tipo tetris. Haciendo piña Lupita. Y nos despertamos con la sensación de que si Lupita ha podido con esto, nada podrá con nosotros.

A por el sábado. A por la pole.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Graz.Día 1: Vini, vidi y... viaje

Embarcado ya en el avión rumbo a Viena, de ahí a Graz. Con la sorpresa de encontrarme a Pablo por Madrid, rumbo él también a Wien. Al final el mundo va a ser un pañuelo. Omitiré los detalles del vuelo, porque se resumen a dormir-despertarme-dormir-despertarme. Ah, y llamada de mi "pick-up" que a ver dónde estoy que me lleva a casa: Mein Freund, ich bin jetzt in Wien, in Flug. Ya en Viena el plan era sencillo: a Graz. Lo que no tuve en cuenta es la combinación para llegar al destino.

Así que nada, me enseñaron que ante la duda gas, y a Graz que me voy. Cojo las maletas, me compro un billete y sorpresa: no aceptan billetes de 50€. La crisis, no esperan guiris con tierras y reinos. Total, que ahí estaba este nuevo guiri con su carro de dos maletas, el jersey del equipo y de otro equipo colgando del portátil; y llega el tren. Es tarde, y queda poco tiempo para enlazar con Graz. ¿Duda? Pues gas. Ahí que me voy. Problema: escaleras sin acceso para carrito. Solución: abandonar carro. Es decir, 50cents perdidos de la beca Erasmus. Habrá que recortar en higiene. Como buen vasco, maletas a cuestas y abajo. Directo al tren, primera puerta, y aparecen cinco señoritas que cordialmente me ayudan a subir. Uno sudado, oliendo a competición y con las uñas con grasa no está como para ponerse a hacer reverencias, pero bueno, no nos quejemos. ¿Falta algo? ¿Qué pasa? Ah, sí. ¿Dónde voy? Preguntando en el tren, nadie sabe nada. Empiezo a dudar si me dieron beca para Austria o Australia, si Graz está por aquí... Llamada de emergencia a "The Boss", me comenta que el último tren a Graz sale a las 21.02 de Viena. Problema: Faltan 50minutos y voy en la dirección equivocada. Solución: Bajarse en una estación grande y llegar como sea (taxi, tren, metro, caballo, carreta).

En la estación pregunto por los taxis. Niente de niente. Que suba arriba a por ellos. Bueno, pues a por taxi... A fundirse la beca sin pisar Graz. Achtung!!! El próximo tren a la estación de Viena sale en 15min,¿taxi o tren? Tren y a rezar para que quede cerca. Venga, hemos venido a jugar. Con la tensión en el cuerpo y una semi-sonrisa de satisfacción al ver la luz al final del túnel es hora de tomarse algo. Una fanta. Venga. Que lo tiramos. Y sí, al suelo. Abrir y heisser. Empezamos bien. Sudando, manos pegajosas y al tren.

Se alinean los astros y voy montando en el tren correcto, a la hora correcta. Ahora a descansar, que esperan  2horas y media de viaje. Por suerte, amenizadas por una visión GPS con velocidad y destinos. Live timming! Siestecilla, pan y agua. Y cosas que prefiero no recordar que contaré a quien me pregunte, pero insisto, prefiero no recordar. Estas imágenes que ves una vez y ya no quieres volver a ver en años, siglos y milenios. Una imagen que... Ni mi teclado me deja expresarlo.

Es igual. Estoy en Graz. Y tengo mi particular comité de bienvenida: The Boss, El Gurú y M. ¡Empieza Erasmus!

Graz. Dia 0. Nuevo capítulo

Es curioso que el inicio de los viajes empiecen con una despedida. Por lo menos de estas que dejan buen sabor de boca, la satisfacción del deber cumplido, de haberlo intentando. La Formula Student Spain ha sido probablemente la mejor manera de despedirme de mi casa para los próximos meses. Aunque para esa experiencia esté el blog del equipo Tecnun Motorsport (www.fstecnun.blogspot.com) -aprovecho para publicitarlo de forma cuasi-desinteresada- hay cosas que tienen firma personal.

Estos cinco días por allí han sido increíbles. Desde los buenos momentos de sonrisas y alegría, donde el tiempo no existía. Hasta la tristeza y la impotencia. La sensación de no saber cómo salir de ahí, de volver atrás en el tiempo y cambiar algo. Pero al final siempre triunfaba el espíritu de equipo, el carácter Tecnun Motorsport. Les agradeceré siempre su confianza estos días, en esos briefings mañaneros, en esas bromas con el Staff, en estos días de equipo. Hay equipo para rato, hay equipo de gasolina para un largo futuro. Gracias de verdad. Somos un equipo. Somos uno. Iré contando más cosas de estos días: ese gusanillo de pilotar, esa sensación de equipo, el calor y la lluvia. Y cómo no. El staff. La gente. Los voluntarios. Esos amigos de rojo que nos ayudaban en todo, nos desconectaban del estrés y nos animaban a seguir luchando. En pista siempre animando, fuera del circuito... También. Muy buena gente la que he conocido estos días. Espero volver a verles porque ha merecido la pena. Las competiciones no son grandes por la calidad de los monoplazas sino de las personas que están ahí. Moltes gracies!

Y de ahí a Graz. Tan brusco como lo escribo. Me fui el lunes después de haber visto el domingo una estrella fugaz en el circuito. Algo que nunca podré olvidar. Una estrella fugaz vista desde la grada del circuito de Montmeló. Una señal. Seguro. El lunes a las diez, rumbo al Prat. Rumbo a un nuevo capítulo.

GRAZ

martes, 21 de agosto de 2012

Despedidas. Aquí llegan.

No me gustan las despedidas. Ya sé que lo he dicho una y otra vez, ya sé que es un topicazo y que poca gente es capaz de decir "pues a mi, me gustan las despedidas". Pero quizás sea bueno que no me gusten. Algunas empezaron hace ya varias semanas, otras las vas dejando caer, suavemente para que el tiempo se encarga de borrarlas. Y al final, el día vuelve a empezar de cero. Y pienso en las despedidas como algo que no me gusta, porque creas un lazo con esa persona, y por tanto no te gusta pararlo. Pero es buena señal saber que no te gustan las despedidas, ¿no? Digo, con seguridad, que es buena señal.

Se me hace raro irme de aquí. No es que tenga miedo ni mucho menos, más teniendo en cuenta que mi futuro soñado está posiblemente lejos de aquí y sin sitio fijo. Pero han sido ya muchos años en el mismo entorno. Con salidas de varias semanas, por allí, por aquí, con unos, con otros. Pero en apenas siete días el juego cambia. En siete días y pocas horas estaré en una furgoneta rumbo al Circuit de Montmeló para competir en la Formula Student Spain. De ahí a Graz, y de ahí a Monza, y de ahí a Formula Student Italia, y de ahí de vuelta a Graz. Mes espectacular. Lo firmo, ya. Ahora. Pero todavía quedan siete días. Hoy empiezo a sentir que parte de mi ya se ve fuera de aquí. Noto que las paredes se empiezan a despedir, después de varios meses estando mano a mano en ese taller, trabajando con una macchina de sueños para ser de ensueño. En ese mismo ordenador, esa misma silla, ese pasillo y sus luces. No he pisado mucho la playa, y agradezco a los de siempre que no se metan mucho (algo lo hacen claro) por no verles siempre. Por comprender lo que me gusta esto, y que sin la curiosidad de ellos quizás mañana no volvería igual de ilusionado.

Siete días para seguir trabajando en este sueño de la Formula Student. Siete días para hacer una maleta, para preparar el viaje, para soñar con Italia, para imaginarme Graz, para ubicarme en mi futura residencia, en mi habitación, pensar en qué colocar ahí. Siete días para despedirme, para decir "hasta luego" o "hasta pronto". Siete días para ir marcando, bien señalada, la página en la que dejaré este libro, antes de mi periplo Erasmus. Será un capítulo nuevo, de este libro, que entre todos estamos escribiendo. 

Vendrán personajes nuevos, historias curiosas y esperemos que muchas anécdotas para recordar y disfrutar. Vendrán, y llegarán, otros se irán. Vendrán y volverán, ¿volverán? Time will tell (us). Hasta entonces, toca seguir disfrutando del presente. 

viernes, 29 de junio de 2012

Nuevos aires, nuevos destinos. Hora de decir hasta luego

No creáis que no me acuerdo de que he dejado la historia de "Memorias de la Riviera" sin cerrar, esperando todavía a contar ese final. No es que me haya olvidado del viaje, ni de la gente. No creo que nadie se haya podido olvidar de ese viaje, y dudo -por suerte- que podamos hacerlo. Quizás me pase como con el viaje a Alemania, que no soy aún capaz de cerrarlo.

Capítulos sin terminar, páginas sin escribir. Bien puede ser por una sencilla razón: porque van cayendo en el olvido. Podría serlo. No puedo negarlo. Pero prefiero pensar que es por otro motivo. Quizás sea que porque son historias que nunca se cerrarán, porque siempre tendrán algo en el presente que las seguirá escribiendo. Porque desde Riviera Maya no han sido pocos los días en los que nos hemos juntado a recordar anécdotas, a repetir frases, y a tratar de volver a sentirnos como en aquella hamaca de la playa y la pulsera, en la piscina con las palomitas, en lo alto de Coco Bongo al ritmo de Brasil o entre ecos de las ruinas de los maya. Recuerdos en pulseras y colgantes que llevamos.Recuerdos de un gran viaje que tuvo su despedida. 

Quizás sean las despedidas lo que no me guste, y por ese mismo motivo dejo estas historias sin cerrar. Y ahora la historia comienza. Es hora de despedidas, de "feliz verano" y de "nos veremos, pásalo muy bien". Sólo que esta vez el "hasta luego" se alargará hasta finales de diciembre, enero, o quizás febrero. Después de cuatro años de carrera, disfrutando, sufriendo (tampoco nos pongamos dramáticos), trabajando y conociéndonos es hora de abrir nuevos capítulos. Algunos lo harán desde el otro lado del charco, desde el frío norte, desde el centro de Europa o desde donde nace el Sol. Algunos ya lo han hecho, o lo harán en apenas unos dias. Gente que acabas conociendo, que te va conociendo. Gente que aporta algo distinto. Único.

Y es ahora momento de decir "hasta luego". Que las despedidas sean rápidas y alegres, que la oportunidad es única y el tiempo limitado. A mi todavía me queda hasta septiembre gasolina por estos lares, pero a los demás, a las que se han ido, se van, a los que se irán: a disfrutar. Simple y llanamente, a disfrutar.

Feliz verano. Feliz Año.

Be Guibo


miércoles, 11 de abril de 2012

21

Un paréntesis. Ahora no toca hablar de las playas, ni del Sol y los barcos.

Os celebré cuando vinisteis. Con ganas e ilusión. No sólo porque era la barrera de los 20, que dejaban paso a la nueva década de años con "veinti...". No. Os celebré porque llegabais con fuerza e ilusión. Porque era un año en el que luchar más por las metas marcadas, seguir disfrutando de los buenos momentos, e ilusionarse con nuevas aventuras.

Y 365 días han dado para mucho. Imposible resumirlos aquí; injusto, pues dejaría cosas en el aire, cosas incompletas. Se ha intentado luchar todo lo que merecía la pena luchar. Se ha fallado y se ha aprendido. Se ha acertado y se ha disfrutado. Siguiendo hacia delante, con la gente que hace que los 21 sean especiales. Con los retos que hacen de un año, "el año", y no otro año más. Porque cumplir años no sea "uno más".

Y ahora llegan los de los dos patitos. La parejita, capicúa, dos doses. En estos escasos minutos de 21, dejo un hueco aquí para recodaros. Porque han sido 365 años muy bien disfrutados. Con la esencia de esto, con todos los ingredientes. Paso a paso. Siguiendo el camino, y haciendo camino al andar. Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Gracias 21. Seréis recordados. Muy buen año.

Y que los 22 sigan con la misma ilusión, esfuerzo y alegría. Porque la ocasión aquí está, y ahora hay que darle forma, lucharla y trabajarla.

Felices 21. Muy felices 21.

martes, 13 de marzo de 2012

Memorias de la Riviera: jueves alegres, viernes... ¡También!

Vuelvo a escribir. ¡Qué lejos queda ya Cancún! En kilómetros serán varios miles, tantos que ni Google Maps me deja calcular la ruta desde mi casa hasta Playa del Carmen. Parece que fue en otra época cuando íbamos en bañador y chancletas, tarareando las últimas coplillas musicales, en busca de Lorenzo, de Blanca y sus pócimas, o del descanso. Ves las fotos y piensas que eso pasó hace ya años. Pero realmente... Hay algo que sigue ahí. Es como una pequeña llama que sigue ardiendo, y en cuanto se dan las condiciones adecuadas, vuelve a resurgir. Lupita es como el ave fénix que resurge de sus cenizas. Y hoy, víspera del Patrón, el espíritu Lupita ha vuelto. Tan grande ha sido este viaje, que el espíritu Lupita será el denominador común en el día de mañana. Tan lejos, y tan cerca a la veaz. Pero volvamos antes a Playa del Carmen, a los días en los que lucíamos la pulsera del hotel y alguna quemadura. Hoy es viernes. Hoy ha fiesta en un barco, de blanco.

Aunque antes hay que pasar la mañana. Y pasarla, no será tarea sencilla. Por mucho espíritu guerrero que uno tenga, por muchos kilómetros que se haya recorrido alrededor del campo de Golf, dentro del respiro del viaje se necesita también un respiro. Y la mañana de ese viernes, fue la ideal. Con Sol, con calma y con alegría. Las caras mostraban ya el cansancio, pero no ese cansancio de ecuaciones, exámenes y trabajos. No, era el cansancio de haber disfrutado de un buen día por completo. Una mañana de tumbona para recordar las anécdotas del día anterior, para tasar la magnitud del día, para darnos cuenta de que pocas veces seríamos capaces de igualar un jueves como ese. Paseitos por la playa, de aquí a ahí, con mil historias e imágenes en la cabeza. Estrechando ese lazo de la nueva familia Lupita. Guardando los recuerdos, y disfrutando de las playas del Caribe. ¡Qué extraño se hace ahora, pero qué natural se nos hizo!. Estar ahí, en Playa del Carmen, tumbados en mitad de la arena, disfrutando del cansancio. Compensando el sueño con siestas al Sol (alguno ya demostró que Lorenzo ataca cual guiri borracho), y cargando las pilas.

Y es que todavía nos quedaba la "fiesta de blanco". Un servidor llevaba algo blanco, pero para el viernes, el blanco se tiñó ocre. Con los colores no me hagáis mucho caso, porque yo también soy de ese 99% de la población masculina que no distingue entre azul celeste y azul cielo. Así que tuvimos que coger el autobús, sufrir los botes, los baches, los topes y los relámpagos del destino para llegar a "PlayadelCar". En búsqueda de la camiseta blanca. Contábamos con informes que apuntaban a que había una tienda de cosas de blanco, y ahí que nos fuimos. Sorpresa: era ropa de calidad. Es decir, eso es, dos puntos: guiri borracho entraría, ooh yeah it's very nice! Give me two. Y cuando paga se le caen hasta los calcetines blancos. Caro, caro. O mejor dicho, precio europeo. ¡Pero qué tejones! Somos estudiantes. Así que nos declinamos por la oferta 2x1 en camisetas temáticas de toda la vida de cada sitio. Camiseta ready, así que listos para la noche.

Gente Xcape. Equipo Xcape. ¡Rumbo a Cancún! Y de la nada surgió un mini Las Vegas. Con sus luces, sus sonidos, sus letreros luminosos, y sus ganas de agradar. La cenita en el HardRock Café. Quizás no lo más de lo más, y quizás tampoco fuera lo ideal. Pero mira, estamos de vacaciones, así que alegría. De ahí, cruzar la calle y a "NoRecuerdoElNombre". Recuerdo que había un hombre con un albornoz de tigre, que intentaba engatusar a nuestras excelentísimas compañeras de viaje (ellas tienen más clase claro), y repartían globos. Poneos en situación, un hombretón de color, tres por tres por tres, con albornoz de tigre, que paraba las canciones para hacer comentarios del tipo : ouuuh yeeah, ¿dónde están los españoles? Yeahhh. Espectacular. A la par que cansino. Así que venga, globos en la mano que nos vamos al... BARCO.

Sí, de nuevo al barco. El GRAN barco. Compañeros y amigos ya del capitán. Sufridor, o mejor dicho, uno más de la fiesta. Del barco y de lo que se disfrutó, poco más que añadir. Hay que vivirlo. Del capitán, el recuerdo de cómo nos condujo hacia las ramas, de cómo se metían en el barco y luego giró para salir de ahí. Al loro, que este luego se iba a un crucero por Italia, ¿no? El Schettino le llaman. Del barco, de la alegría, de la música... Al  after en una terraza en Cancún. Como en las películas. En una terraza, se sacan un after. Como quien planta un peral, igualito. Puede ser que por primera vez en el viaje, aquí sí que las fuerzas empezaban a rozar mínimos. Pero oye, seguimos de pie, que conste en acta arbi.

Y como lo siguiente toca en sábado, y por hoy ya tenemos lectura para recordar, dejamos esto en un continuará. Porque seguirá. Porque el espíritu Lupita sigue latiendo, y que siga así por muchos años más.

jueves, 8 de marzo de 2012

Memorias de la Riviera: Remember CocoBongo

No sé si quedará ya alguien por aquí, pero tenía que volver. Dejar esta historia colgando sería injusto. Y no he sido yo quien así lo ha creído, sino las circunstancias que se han dado en la última semana. Puede que después de tres meses el viaje se quede en un cajón, olvidado, con el único recuerdo de alguna foto esporádica que te sale por ahí, y nombres que te vienen a la cabeza. Puede que al final todo se quedara en eso, en recuerdos sin esencia.

Pudo ser así, pero no lo es. No lo digo únicamente por aquellas canciones que antes odié y ahora escucho nada más levantarme. Ni por recuperar ese carácter Lupita cuando suenan los primeros segundos de las melodías. La esencia está en la gente, en los del viaje, en ese grupo. Que te pregunten si has parado de escribir, si vas a poner algo de CocoBongo, si vas a seguir... Señales. Ver al "Boss" subido hoy en una silla para buscar a gente, y tener un flashback viéndolo subido en la proa del barco en la fiesta de blanco, dirigiendo a la orquesta de 60 que éramos al ritmo de la música, es una señal.

Volvamos a ponernos en situación. Volvamos a la época en la que las noches eran de corto, y la pulsera era una seña de identidad. Al lugar donde estrés venía después de "es uno", y nada más. Nos quedábamos en el jueves, un jueves como hoy, en el barco. Con uno de los mejores recuerdos que tendremos en un barco, en una fiesta. La palabra fiesta no hace justicia del todo, así que lo dejaremos en El Barco. 

Después del barco nos tocaba reponer fuerzas para la noche. Porque venía el plato fuerte, CocoBongo. Y mira que nosotros fuimos al barco pensando en descansar en la cubierta tranquilamente, disfrutando del mar, pensando en CocoBongo. Y al final llegamos al buffet pensando, ¿pero todavía queda más?. ¿Sería posible mejorar el día? Bueno, allí las preguntas se hacen después de sentarse con la pulserita, con el pollo, las hamburguesas, patatas, nachos y cuatro bolas de helado de las cuales luego sólo picarás de dos. Cogiendo fuerzas, y algún colgado (entre los que orgullosamente me incluyo), que salieron a correr después del barco. Y es que la camiseta del gran Club de Fútbol Atlante no pudo tener mejor estreno que ofrecer asistencia a una damisela que pasaba frío (y eso que como buen ingeniero intenté taponar el aire con pañuelos), y después de running con la roijlla. ¡La envidia de la urbanización! No os digo más, que yo creo que había uno que pasaba una y otra vez para saborear un poco más la envidia. 

Todos convocados con SuperNacho & Paulina. Todos con ganas de redondear el día. Miento. Porque de nuevo, la misma historia. Caras de sueño y de cansancio. Caras que se preguntaban si no hubieran hecho mejor quedándose ahí con Blanquita en Lupita. Pero no, esta gente está hecha de otra pasta. Aquí estamos a las dura y a las maduras. 

Y el cansancio se esfumó. Así de simple. Como la lluvia torrencial que caía, y luego desaparecía. Nada más ponernos delante de la puerta, el cansancio cogió un taxi y se fue de allí. Y nos quedamos nosotros, sólos, a pasarlo chévere. Con nuestra identidad Xcape, rumbo hacia el mundo de CocoBongo. En aquel pasillo con fotos del espectáculo, esa luz roja que parecía una atracción de EuroDisney, o la boca del infierno/cielo. Esa tensa espera, a saber qué era ese tal CocoBongo del que todos hablaban. Mira que estamos cansados, mira que como sea otra discoteca más...

¡COCOBONGO! Lejos de defraudar, engancha, cautiva y deja huella. Nuestra llegada fue como en las películas, con confeti por el cielo y todo el mundo a ritmo de samba. Nunca mejor dicho, porque fue el momento del espectáculo de samba. Sencillamente impresionante. Por mucho que lo intente no podré transmitir todo lo que me gustaría transmitir. Y es que hay imágenes que valen más que mil palabras, y en ese sentido CocoBongo es toda una película. La sensación de estar ahí arriba, disfrutando y compartiendo el momento. El espíritu del Caribe. Saboreándolo desde nuestro reservado, mientras abajo decenas de personas seguían el ritmo de los éxitos. No era música sin más, era además. Canciones como la "Gasolina" venían precedidas por el rugir de un motor (V8, para que parezca que sé). Ni qué decir que eso ya me rompió los esquemas. Y luego aparecía por ahí La Máscara, los Piratas del Caribe, Mouline Rouge, Tron, Gladiadores... Sencillamente increíble.

Y como dije hace tiempo, ahora que cada cual rellene el resto de la historia con su parte. Porque cada uno aportó algo que nadie hubiera podido hacerlo así. Porque cada uno personalizó su espíritu CocoBongo. Y es que la magia de CocoBongo siempre estará aquí. Donde estamos, aunque ahora ya más lejos. La magia de CocoBongo que permitió crear nuevas historias. Y todo después del Barco. 

En ese jueves 12 de enero de 2012. Cuando la historia permitió que el jueves, tachado muchas veces como jueves negro, recuperase su esplendor. Para ser El Jueves de Riviera Maya. 

Ese Jueves de Riviera Maya. Por siempre.

lunes, 6 de febrero de 2012

Memorias de la Riviera: Un barco nunca más será un barco

Hace más ya de 21 días de aquel jueves de enero. Y el tiempo cada día lo dejará más lejos. Todo empezó con novedad, la novedad del snorkel en el Caribe. Todo iba a ir según lo planeado, todo iba a ser divertido. Otra fiesta más, otras muchas anécdotas más. Pero las cosas nunca son como están escritas, o quizás fue la voluntad del equipo Tecnun-ISSA el que hizo que los barcos nunca más sean barcos.

La aventura del snorkel bien merece la pena ser recordada, aunque los eventos de después la dejen casi en segundo plano. Nos teníais que ver ataviados con esos chalecos salvadidas, que te salvarán de la tormenta más brutal, pero la dignidad te la hunden en lo más profundo del océano. Las gafas, última modelo según Xcape team. Y las aletas. Las aletas, o cómo ver a 30 candidatos a payaso andando por el barco, algunos buscando el pie izquierdo, otro con todo el equipo puesto a falta de más de 10 minutos de echarnos al agua.

Para un debutante como servidor, la experiencia del snorkel fue divertida y curiosa. Los cinco primeros minutos, con el chaleco bailando a la altura de mis orejas no tan memorables y heroicos. Con el chaleco ajustado y los sabios consejos de un teleco metido a buceador, todo listo para pasar un buen rato. El Sr. Kutz guía de excepción (además de magnífico comentador del blog) y nosotros como pobres patos de un lado a otro. Me perdí a la virgen, vi peces de mil y un colores, desconecté, me conecté con Caribe y disfruté. Tanto desconecté que había perdido mi sentido de la orientación, y lo que era un barco extraño resultó ser nuestro barco. No le había cogido yo un cariño distinto que el que se le tiene a otro barco, por eso todavía no lo reconocía. No lo sentía como "nuestro barco". Después de la primera oleada de valientes, llegó la segunda. Con los, ya nos considerábamos veteranos en esto del snorkel, mirando desde arriba a los novatos. Y con el plan claro de "pasar un rato tranquilos, sentados arriba, tomando el Sol". Eso nos dijimos, pues venía CocoBongo y las baterías no son ilimitadas. Haríamos algo tranquilito, sentados, como mucho un par de movimientos ortopédicos tipo "un brazo apoyado en barra", que tampoco había que forzar.

Quién nos vio decir eso, y quién nos vio a los cinco minutos. A todos. A Tecnun-ISSA-UN, porque ahí estaban también algunos de LADE de Pamplona, ¡que el Mundo es un pañuelo!. Es difícil, muy difícil explicar todo lo que pasó en ese barco. No me podría quedar con una escena, con un comentario o con una canción. No es como otro día cualquiera (ningún día es aquí "cualquiera") del que conservas dos, tres minutos de la película y con eso ya tienes material para contar todas las batallitas. Lo que pasó en ese barco fue distinto al resto. Muy distinto. Lo resumiría como la conexión perfecta de todos nosotros con el Caribe. ¿Sabéis la típica escena de videoclip de un barco, música pegadiza y uno cantando con cinco bailando? Con ese Sol de fondo, el barco surcando los mares, y él con la sensación de tenerlo todo. ¿Sí?¿Me explico? Pues se queda corto. Ahí estábamos los 70 del viaje, conectados en apenas 30 metros cuadrados. Nada de caros pantalones ni vestidos especiales. Adiós a los zapatos de punta y los tacones de aguja. Aquí sólo entras con bañador y chancletas. Y será mejor que dejes las chancletas a un lado. 

Recuerdo una imagen en especial. El Sol, anarajando, en esa delgada línea entre el rojo fuego y el amarillo que antes brilló. El Sol del Caribe ocultándose entre las torres de Cancún, dejando atrás el día y dando paso a la noche. Uno de los atardeceres más increíbles que he visto nunca. Y no sólo por el marco, con Cancún al fondo y nosotros en medio del mar, sino por el ambiente que se respiraba en ese momento. La música. Enfermiza música que hizo que ahora conozca a Daddy Yankee y tenga memorizado el "Ai se eu te pego". Y las gente. Porque cuando conectan 70 personas con ganas de pasarlo bien es increíble, pero cuando conectan estos 70 en la cubierta de un barco en Cancún es... Especial. Emocionante. Memorable. Mágico. Es (posiblemente) irrepetible. 

El barco. Tecnun-ISSA. Paloma © 
Muchas veces escribo recordando, pero creo que hay veces que es mejor dejar un espacio en blanco. Y como ahora, que cada cual recuerde su barco. Su día ahí. Desde el atardecer, hasta cuando cayó la noche. Posiblemente todos tendremos en común el recuerdo del puente, aganchándonos (unos más que otros, los milagros no sólo en Lourdes y alguno le debe la vida a una vitoriana) cuando pasábamos a escasos centímetros del hormigón. El recuerdo del barco inclinado cuando todos estábamos en un lado. El recuerdo de los bancos del barco, donde la gente sentada dio paso a la gente de pie. El recuerdo de ver como unos pocos hacíamos a coro el famoso, y odiado por algunos, corazón. Los mismos que luego te intentaban tirar al agua desde la cubierta. El recuerdo de ir de corro en corro, con la gente más "Xcape" que conocerás nunca. Desde gente de la tierra de la patata, del buen vino o majicos como pocos, hasta "¿dónde están estos? Ah sí, mira los brazos arriba de IronCat ". Cada canción tiene su historia, su imagen: el corazón (cómo no), el gesto del "Munipa" y "arbi casi tan fuerte", las fotos improvisadas, risas, alegría... Posiblemente irrepetible. Ojalá me equivoque.

Difícil seguir contándolo. Porque cada frase es una rama que da lugar a mil anécdotas, mil imágenes. Donde siempre encontrarás a algunos de estos 40 locos y 30 locas disfrutando del Caribe. Conectando con el Caribe. Y desde entonces, los barcos nunca más serían para nosotros un barco. Hoy han mencionado la palabra yate. Y más de uno ha vuelto a pensar en aquel jueves 12 de enero. 

En aquel día en el que todo alcanzó otra dimensión. En aquel día en el que el Caribe estaba concentrado en 30 metros cuadrados en 70 personas. 

sábado, 4 de febrero de 2012

Memorias de la Riviera: El jueves.

Podría pasarme un día pensando en el título y no podría resumirlo mejor. Podría buscar una entre las fotos del viaje y no acertaría con ninguna. Incluso podría tratar de escribir mil páginas sobre ese jueves 12 de enero, y me quedaría corto. El plan se describe fácil y rápido: ir a Isla Mujeres, hacer snorkel, para terminar en CocoBongo.  Dicho así tiene buena pinta, apeticible, volveríamos ahora mismo dejando atrás el frío y la nieve, ¿no?. Un jueves 12 de enero, uno de 365 días, uno de siete de la semana.  Pero desde ese día, los jueves ya no son tan jueves, y los barcos, no son sólo barcos.

Todo empezó (este parece el guión ya de una película, sólo falta el pequeño Billy y la nevada del '87) donde nacen las buenas historias de este viaje. En Lupita, con el grupo Tecnun-ISSA preparado para ir a Isla Mujeres, darse un bañito de snorkel, lo que surja en el barco y luego a CocoBongo. En mente estaba CCB (confianza ya con CocoBongo) como una de las estrellas del viaje. Porque algo tendrá que todos te lo recomiendan cuando vas a Playa del Car, porque algo habrá aparte de música que todos te preguntan a la vuelta si estuviste allí. Pues sí, estuvimos, pero antes... Antes había mucha tela que cortar.

Para ir a Isla Mujeres cogimos un barco en un embarcadero de Cancún. Sorpresa. Sí. Efectivamente. Un bus llegó tarde, avería o vago por naturalez, no sé; por suerte ya no me tocó la niña bonita y pude olvidarme de luces rojas y ventiladores. A cambio, pude estirar unos minutos más el Sol de Cancún, sentado en la proa (morro, para que no busquéis en Google como he hecho yo ahora para asegurarme) del barco, al Sol del Caribe, con el agua cristalina y el cielo despejado. ¿Preocupados, no? Temperatura agradable, Lorenzo pegando fuerte desde los cielos, y la mar en calma. Todo en calma. Todos esperando a salir allí, al mar, al Sol. Rumbo a Isla Mujeres captain! Con ese nombre, Isla Mujeres, más de uno estaba yo con el radar activado y el sonar en marcha. Al captain del barco lo veo como un pirata jubilado con marca en la cara de una pelea con un mono en alta mar, o un antiguo Xcape entregado ahora a la mar. Nuestras vidas en sus manos. Máxima confianza.

Plo, plo, plo, despacito salimos del muelle. Rodeados de árboles, lianas y moviéndonos por el mar cristalino, casi transparente, con ese matiz azul cielo (mi gama para  describir colores no es muy variada) volcado en el mar. En la proa respirando el Caribe, desconectados del Mundo real, conectados todos en un viaje especial hecho día a día por gente especial. A medida que nos metíamos más en la bahía, más perspectiva teníamos de Cancún: hoteles, resorts, aroma de fiesta y relax. Alguna nube también quiso sumarse a este jueves y de vez en cuando Lorenzo se escondía detrás de ellas. Pero en este juego del gato y el ratón, nuestro captain haría lo posible para encontrar el Sol. Yo no entiendo de la mar, todavía necesito pararme a pensar cuando hablo de proa y popa, pero el zig-zag del captain era más que interesante. En una ruta con apenas un barco circulando, todo libre a izquierda y derecha, nuestro captain reinterpretó la física: el camino más corto entre dos puntos es el zig-zag. Otro rollo.

En Isla Mujeres, Sol, soleado, Sol. Qué lejos queda eso ahora cuando estamos con los guantes, los pantalones largos y abrigos contra el frío y la nieve. Pero volvamos a aquel jueves 12 de enero. Apostaría mi colgante de Oráculo (ya os contaré esa historia) a que de los 70 que estaríamos ahí por lo menos 10 se dieron un buen golpe al bajar del barco contra la madera esa. Por mucha instrucción de Xcape, nos fatalba porco para saltar del barco a disfrutar de Isla Mujeres. ¿Qué hay en Isla Mujeres? Pues... Hombre, no es Playa del Car pero es curioso. Es curioso ver la primera calle, la principal, la que recorrer la Isla de punta a punta (apenas 3kms) llena de color, con la playa a la izquierda y tiendas para el guiri a la derecha. Con los edificios bajos, todos pintados de alegres colores, casi empujándote a estar de buen humor. De esta avenida nacen más calles, callejuelas y terrenos inciertos. Las dos primeras paralelas llenas de puestos para el guiri, con los precios más baratos en cada local (curioso, ¿no?) y venta de camisetas, figuritas, máscaras y caracolas. Más allá, lo incierto. Lo que no se ve en las revistas. Los cables enredados, las calles irregulares y las peluquerías mixtas. Es un curioso contraste, en aquella pequeña isla del Caribe, de lo que es esto. La realidad y tú realidad.

Esto de salir fuera y no tener el buffet a mano te exige ciertos sacrificios. Algunas tales como comer como una persona civilizada, y pagar. Aunque algunos hacían la jugada de "desayuno fuerte, luego no como y ya cenaré fuerte". Bien, lo de desayuno fuerte bien te lo podría decir uno que cada mañana se metía cuatro crepes, cuatro zumos y frijoles. Tranquilamente. Como para pensar en desayunos más fuertes. Opté por sacrificar comida a cambio de un poco de tiending, de ver el comercio local y hacer la de guiri y comprar algo para casa. El regateo fue duro pero con la asistencia del arbi me hice con la elástica del mítico y célebre equipo de Atlante. No os perdáis su página web con fuergos artificiales y todo. Gracias al manual del regateo puedo lucir ahora esta camiseta, rememorando buenos tiempos, celebrando goles con Chichen Itzá y Cancún como official sponsor. Antes de ir a la playa, tocaba hacerse con un coquito. No uno callejero como hizo "El Pulpo", sino de un local autorizado para el comercio. Cuchillo en mano, dos golpes, y una pajita. Ahí tenías por apenas 2€ un coco para beber. Dando el toque caribeño. ¡Que estamos en el Caribe!

Todo el mundo las fotos de rigor en aquella playa de Isla Mujeres, poses en la arena, en el agua, con el coco, con el gorro... Ellas con estilo en la orilla, nosotros somos más de estilo "once inicial del fútbol". Bañito, remojarse, descansar y disfrutar. Unas pipas de calabaza en la playa, tumbado, mirando al cielo azul. La gente paseando, el mar, y sin ruidos, sin bocinas, sin sirenas. Tiempo lento. Tiempo eterno. Recordad esta playa otra vez, el frescor del viento, el mar azul y cristalino, la arena blanca...  Y pilas cargadas para ir a hacer snorkel. Pilas cargadas para la fiesta (pensada en mente como tranquila) en el barco. Vamos que nos vamos. Gracias Isla Mujeres. ¿Nos veremos algún día más?