jueves, 18 de julio de 2013

Recuerdos de muro

Empiezo a hablar como un veterano. Empiezo a sentir como un antiguo miembro. Y sinceramente, no sé cómo se debe salir de esto. No es un sentimiento de renuncia ante lo vivido, ni de rechazo ante lo que viene. En absoluto. He disfrutado más que nadie de esto y confío en más que nadie en lo que viene. Pero cada vez que hablo veo caras de atención, risas de aprobación y el sentimiento de haber formado parte de una gran familia.

Hablé de esto hace un par de semanas, cuando mi última carrera como estudiante iba a tener lugar. Cuando volvía al circuito en el que debuté siendo el mico del equipo, el novato, el nuevo. El que iba con el walkie corriendo de un sitio a otro mirando clasificaciones y tiempos. Cuando soñaba con esa última carrera, cuando quise que todo saliese bien, cuando soñaba con la sonrisa de la meta. Pero el destino tiene otros derrotes, él elige unos caminos basados en una trayectoria y condiciones que no siempre puedes esquivar. Y en aquella valla de Silverstone tirado en el suelo escondido debajo de mi camiseta aquel comisario me dijo:

-Are you ok? In 2002 we were leading the Endurance by two minutes and we failed to cross the line just 200m away from it. You will come back. 

Luego vinieron las preguntas de otro "do you know where you are? This is a restricted area sir, please move" y aquél muro fue el de mis lamentaciones. Con la pregunta en la cabeza de "por qué no hice más", "por qué no pensé". Arropado por el equipo, creo que mis lágrimas eran más por la despedida que por el resultado. 

Nunca he sido resultadista con este proyecto. Nunca miraré una clasificación para saber si estoy orgulloso o no de ese año. Puede sonar bohemio, o a frase hecha. Puede sonar a algo para quedar bien. Es igual. Es lo que pienso y creo. No puedo estar más orgulloso de estos cuatro años. No puedo sino envidiar a los que ahora empiezan o continúan en este proyecto. Cambiaría notas, resultados y fiestas por volver atrás en el tiempo y ser uno más. Pero el tiempo avanza y toca pasar página. Mentiría si no dijese que volver al taller me trae muchos recuerdos a la cabeza, tantos que me cuesta centrarme en lo que debo hacer. Mentiría si no dijese que ya veo la foto colgada en el corcho y sé que es hora de abrirme paso y dejar que la nueva savia llene esto de juventud, ganas y carácter. Intenté envenarles, no sólo ello eso está claro (míticos ahí os menciono), como lo hicieron conmigo. Intenté despertarles el mismo gusanillo que me despertaron a mi. No tengo ningún mérito por hacerlo, era mi obligación.

A ellos les culpo por seguir creyendo que "mi próximo año" sería mi mejor año. Por seguir enamorado de este proyecto. Porque por culpa de ellos he seguido aprendiendo. Me he dado cuenta de que unos buenos suman más que un buen uno, que es más tanto orgullo aprender como enseñar. Cuando se sienten a mi lado cuando intento explicar en una hoja al azar el por qué de una decisión, de la aerodinámica o dinámica. Yo, sin saber de qué hablar, sólo por el gusto de hablarles. De que sigan hacia adelante. Por su culpa he sentido el reconocimiento no siendo nada en este mapa. Por su misma culpa he visto ojos de confianza, la misma que me invita a seguir soñando. Así con todo, son ellos también culpables de que cada día que pasa, cada minuto que el reloj se lleva, noto que la despedida se acerca. Las despedidas, las temibles despedidas.
Leo justo ahora visitas a la entrada en este blog sobre Isaías y no puedo evitar recordarle y agradecerle todo lo que hizo por nosotros. Otra clave de mi recorrido, otro valor que me llevo.

Desconozco aún el propósito de esta entrada, pero trataré de cerrarla. No quiero que suene a despedida porque no se acaba el ciclo, se cierra la etapa. No quiero que suene triste ni melancólica, porque quiero aprovechar cada día que me quede aquí junto a la macchina. Sólo quiero seguir sintiendo la sensación de equipo. Y el día que me toque salir sé que saldré con la sensación de poder volver a esta segunda casa. De que lo que viene por detrás está ya por delante, está ya listo y preparado. Tenéis miedo ahora a fallar, miedo a asumir responsabilidades: no temáis. Nunca. El tiempo os meterá ese miedo cuando os faltan dos meses para salir, hasta entonces, vais a ser más rápidos que el tiempo. Porque para algo el tiempo es una unidad de medida nuestra, porque vosotros vais a ser mejores que los maestros. Vosotros, nosotros. Ya os llegará mi e-mail.